Pigüé (Buenos Aires) – La fuerza evoco a sus caídos y heridos en La Tablada en 1989 y ademas reconoció al suboficial mayor retirado de la Policía bonaerense José Rodolfo Báez (foto). APROPOL HACE LLEGAR LAS FELICITACIONES AL CAMARADA.
Con un emotivo homenaje a quienes dieron la vida para defender la democracia, se realizó ayer por la tarde en Pigüé el acto oficial por el 30º aniversario del asalto al cuartel militar de La Tablada, que dejó como saldo 40 muertos –11 de ellos, efectivos de fuerzas de seguridad- y 4 desaparecidos, y es considerado por los historiadores como la última batalla de la guerrilla setentista.
De la conmemoración tomó parte el ministro de Defensa de la Nación, el doctor Oscar Aguad, quien dijo que el intento de copamiento fue “el último ataque de la subversión al orden legal constituido y un acto demencial en contra de las instituciones” democráticas.
El funcionario recordó el coraje de los soldados que “no sólo defendieron al batallón o al regimiento, sino a las instituciones de la república”.
“Atacar al Ejército Argentino es atacar una de las instituciones del país y de la democracia. De allí este sentido homenaje y reconocimiento a quienes murieron o resultaron heridos, y a los patriotas que defendieron La Tablada”, remarcó.
Homenaje a los caídos y a sus familiares
El acto se llevó a cabo en la plaza de armas Teniente Coronel Fernández Cutiellos, uno de los héroes que ofrendaron su vida para defender el cuartel militar. Allí el jefe de tropas teniente coronel Néstor Edgardo Medina presentó la agrupación Defensores de La Tablada al ministro Aguad, quien revistó y saludó a la misma acompañado por el teniente general Claudio Ernesto Pasqualini, Jefe del Estado Mayor del Ejército.
También estuvieron presentes los intendentes de Saavedra, Hugo Corvatta, y de Coronel Suárez, Roberto Palacio; el secretario de Derechos Humanos y Pluralismo Cultural de la Nación, Claudio Avruj; y otras autoridades civiles y militares, además de veteranos del ataque a La Tablada y familiares de los caídos en combate.
En la ocasión se leyó una carta del doctor Horacio Jaunarena, quien fuera ministro de Defensa durante el ataque a los cuarteles de La Tablada, quien envió un respetuoso saludo.
Tras el Himno Nacional Argentino hubo una invocación religiosa por parte del capellán de la Guarnición Militar Pigüé, presbítero Javier Rohweim, quien también bendijo las distinciones que después serían entregadas.
Se colocó una ofrenda floral al pie del monumento que recuerda a los muertos en el cumplimiento del deber militar, y seguidamente se entregaron diplomas de honor por su participación en la defensa de los cuarteles de La Tablada.
Recibieron tal distinción el teniente coronel retirado Hugo Rodolfo Costas, sargento ayudante Ricardo Israel Barra, suboficial mayor retirado de la Policía bonaerense José Rodolfo Báez, y el ayudante de tercera retirado de la Prefectura Naval Argentina Fortunato Adolfo López.
También se entregaron reconocimientos y distinciones a los familiares de los caídos en el cumplimiento del deber. La primera fue Liliana Raffo, viuda del teniente coronel Horacio Fernández Cutiellos, y luego otros familiares que viajaron especialmente para esta ceremonia.
El único orador fue el Jefe del Estado Mayor del Ejército, teniente general Claudio Ernesto Pasqualini, quien señaló que aquella cruenta jornada de hace 30 años “afectó a toda la sociedad argentina, que fue agraviada por un hecho de violencia inexplicable ejecutado en plena vigencia de las instituciones democráticas y del Estado de derecho”.
Tras nombrar a cada uno de los caídos en combate, aseveró que “el recuerdo de su sacrificio no debe terminar en esta ceremonia”.
“Estoy plenamente convencido de que el mejor homenaje que podemos rendir a los que dieron todo, sin pedir nada a cambio, es hacer cada día el máximo esfuerzo para superarnos en cada una de las actividades que realicemos”, remarcó.
Por último, agradeció y destacó la labor de quienes habían resultado heridos en combate, y recordó que la ceremonia también tuvo lugar “para efectuar el reconocimiento institucional a los familiares de nuestros muertos en combate, que han sufrido en silencio la pérdida inexplicable e irreparable de un ser querido”.
“Porque detrás de estos héroes quedaron familias diezmadas, familias atravesadas por el dolor que comenzó ese día y que no cesó jamás”, enfatizó.
El acto culminó con un desfile militar con los veteranos de la guerra de Malvinas y de La Tablada que habían asistido a esta recordación.
¿Por qué el acto se hizo en Pigüé?
El intento de copamiento del cuartel de la Tablada comenzó el 23 de enero de 1989 y finalizó al día siguiente, durante el último año de la presidencia de Raúl Alfonsín. Fue perpetrado por 46 integrantes del grupo armado Movimiento Todos por la Patria (MTP) que coordinaba Enrique Gorriarán Merlo, exjefe del grupo guerrillero Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP).
Las razones del asalto nunca estuvieron muy claras. Según aseguraron años más tarde sobrevivientes del MTP, el grupo había recibido información sobre un nuevo alzamiento militar contra el gobierno democrático; para evitarlo, Gorriarán Merlo había ideado tomar el cuartel y luego, con los propios vehículos y tanques militares, marchar hacia Plaza de Mayo.
Una vez allí se cumpliría el presunto segundo objetivo del MTP: lograr un reconocimiento popular que obligara al presidente Alfonsín a adoptar nuevas “políticas de transformación social”.
Lo cierto es que al llegar al cuartel los guerrilleros se encontraron con la inesperada resistencia de los efectivos del Regimiento de Infantería Mecanizado Nº 3 General Belgrano que no habían sido licenciados ni estaban de vacaciones. Pese al efecto sorpresa y las bajas iniciales, no sólo lograron repeler el ataque, sino que con el correr de las horas fueron ganaron espacio hasta neutralizar el intento de copamiento.
El resultado fue trágico: murieron 9 soldados y 2 policías, mientras que 37 hombres sufrieron heridas y mutilaciones de gravedad. Del lado del MTP cayeron 29 y otros cuatro desaparecieron; apenas sobrevivieron 13.
Gorriarán Merlo se dio a la fuga y recién fue capturado en 1995, en México.
A fines de ese mismo año, durante la gestión del general Martín Balza al frente del Ejército Argentino, y en el marco del Plan de Reestructuración de la Fuerza 2010, se ordenó el traslado del Regimiento de Infantería Mecanizado Nº 3 a Pigüé, donde se encuentra en la actualidad.
Las instalaciones del cuartel en La Tablada, en tanto, fueron convertidas en un complejo cultural y, posteriormente, vendidas. Hoy la mayor parte del predio lo ocupa un gran hipermercado, y las exinstalaciones militares muestran un grado total de abandono.
Fuente consultada: www.lanuevaradiosuarez.com.ar
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