Los acusaron de haber dejado cuatro puertas sin llave para que el acusado pudiera evadirse caminando del Centro de Justicia Penal.
Sólo corrió para subir una escalera interna. Después caminó con tranquilidad entre el público hasta llegar a la calle, tomó un taxi y fue a la casa de un tío que le pagó el viaje. Así escapó el viernes del Centro de Justicia Penal (CJP) el preso Ariel Sebastián "Teletubi" Acosta. Ese día iba a firmar una condena a 13 años de cárcel por el crimen de un quiosquero pero su celda abierta y otras tres puertas sin llave le permitieron cambiar de plan.
La mecánica de la fuga fue expuesta ayer en la audiencia en que dos agentes del Servicio Penitenciario (SP) fueron acusados de facilitarla y quedaron con prisión preventiva por dos meses. Ellos negaron haber prestado una colaboración: alegaron que eran sólo doce empleados para cubrir noventa audiencias y que las puertas quedan abiertas porque no hay llaves para todos.
El cuadro que quedó expuesto entre la imputación fiscal y la respuesta de los penitenciarios reveló una situación general de descuido en la custodia de internos del CJP. La crónica de esa fuga, a días del recambio de autoridades en la provincia, quedó registrada por media docena de cámaras que filmaron paso a paso la salida de Acosta del edificio de Sarmiento y Virasoro.
Esos videos son parte de la evidencia que los fiscales Luis Schiappa Pietra y Matías Edery mencionaron en la audiencia de ayer. El resto son declaraciones de superiores de los acusados sobre los protocolos y procedimientos habituales en el Servicio Penitenciario, área que desde la asunción del gobernador Omar Perotti pasó a la órbita del Ministerio de Justicia.
Paso a paso
La fuga fue a las 12.40 del viernes. Alojado en la celda 11 módulo B del pabellón transitorio del subsuelo, Teletubi estaba a la espera del juicio abreviado previsto para las 14 y que se reprogramó a las 17.30 por retraso de audiencias previas. Acosta iba a aceptar una condena a 13 años de prisión por el crimen del quiosquero Sergio Cecchini, baleado el 6 de febrero de 2017 frente a su negocio de Sánchez de Thompson 55 bis al quedar en medio de un enfrentamiento de bandas.
Según la reconstrucción de la fuga que realizaron los fiscales de la Agencia de Criminalidad Organizada, en un momento el pabellón del subsuelo quedó sin custodia y entonces Acosta aprovechó que un guardia había dejado su celda sin llave. En la filmación se advierte que invita a su compañero a salir con él pero éste se niega.
Teletubi salió al pasillo común y abrió una reja que da a las escaleras para el tránsito de detenidos a las salas del primer y segundo pisos. En el primer descanso de esa escalera está la puerta de un ascensor interno que, según los penitenciarios acusados, hacía días que no funcionaba.
Acosta subió corriendo hasta llegar al primer piso y tanteó la reja de un sector de detención transitoria que comparten las salas 1 y 2. Estaba abierta y entró. Avanzó hasta la puerta de madera de la sala 2, cerrada pero sin llave, y atravesó la sala en ese momento desierta hasta desembocar en un hall vidriado y abierto al público que da a la plaza.
Bien vestido y en taxi
De jean y camisa, iba bien vestido y no llamó la atención. Bajó caminando con calma hasta la entrada principal paralela a calle Sarmiento.
La puerta automática se abrió para darle paso y al llegar a la esquina de Sarmiento y Rueda, bajo la lluvia, le hizo señas a un taxista que llegaba de realizar un trámite personal en una concesionaria de avenida San Martín.
El chofer del taxi fue localizado el sábado y relató que el pasajero primero le pidió que lo llevara hasta un domicilio de Grandoli y Alice. Pero enseguida, quizás al advertir que ese sería el primer lugar al que irían a buscarlo, Teletubi cambió de idea y dio una dirección en zona oeste donde vive un tío.
Al llegar le pidió a éste que le pagara el viaje. Desde entonces se encuentra prófugo y con pedido de captura.
Dos cada uno
Con apoyo de parientes y compañeros de trabajo en la sala, los agentes Damián F., de 35 años, y Oscar O., de 29, fueron imputados de favorecimiento doloso de evasión. Los acusaron de haber dejado abiertas dos puertas cada uno: la reja de la celda en el subsuelo y una puerta madera del primer piso.
Domiciliado en la ciudad de Recreo, F. fue acusado de haber destrabado la cerradura de la celda de Acosta. En un video se ve que llegó hasta esa celda acompañando a otro detenido y giró la llave. Pero en vez de hacer ingresar al preso allí lo alojó en la celda de al lado. En esa maniobra, no volvió a poner llave en la puerta de Teletubi. "Debía asegurar que el preso estuviera disponible. Era su función llevarlo a la sala de audiencias e ingresarlo a la sala de detención", lo acusaron los fiscales, para quienes actuó "a sabiendas de que podía salir por la puerta de ingreso del público".
En cambio el agente O., radicado en Coronda, fue imputado como "la última persona que traspasó la sala de audiencia. Debía asegurar que la puerta siempre quedara cerrada y la dejó abierta".
"Vengo a tribunales a la mañana. Desde ese momento empiezo a subir y bajar audiencias. En ningún momento manejé ninguna llave", dijo O. al declarar ante el juez Hernán Postma y responder preguntas de los fiscales y las defensoras públicas María Laura Maenza y Nora Gaspire. "Cuando Acosta se fue —añadió— yo estaba en audiencia con usted en sala 4, cerca de la una. Después bajé con un interno que tenía que ir al forense, lo pusimos en su celda y vino el encargado y dijo que se había ido un interno. Lo empezamos a buscar por todos lados".
Fallas y sobrecargas
El penitenciario acusado describió un panorama de precarización en el esquema de vigilancia: "Movemos presos de todas las unidades. Noventa audiencias había y éramos 12 operadores", detalló. Dijo que los ascensores internos no funcionaban. Que la puerta de la celda 11 "fallaba" y estaba asentado en el libro de guardia que había problemas con esa cerradura.
Este penitenciario agregó que es usual que las puertas internas queden abiertas: "No están las llaves necesarias para que abramos las puertas. Nos dieron la orden de que las dejemos abiertas para salir lo más rápido posible si hay una situación de que el interno lo quiera agredir al fiscal. Por eso las puertas están abiertas. No sé si hay algo escrito, fue una orden de los oficiales superiores".
Luego de escuchar al penitenciario, el juez Postma se excusó de seguir interviniendo para que no se viera afectada su "imparcialidad". Dijo que podría ser llamado como testigo de que ese día y a esa hora el acusado estaba en una audiencia presidida por él. Y gestionó ante la Oficina de Gestión Judicial que otro juez siguiera con la imputación.
La audiencia se reanudó a las 13 ante la jueza Silvia Castelli, que dictó prisión preventiva a los agentes por 60 días. Lo hizo luego de escuchar a Damián F., que se expresó en el mismo sentido que su colega: advirtió que las puertas fallan y que están sobrecargados de trabajo.
Fuente: La Capital
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