31 enero, 2020

Reflexiones de un policía ante la tragedia

Por Alberto Martínez

Primero quiero decir solo a modo de contexto que quien escribió estas reflexiones ante lo trágico y la muerte de un joven es un policía duro, forjado en la diaria pero que logró no ser insensible. Lo conocí en mis primeros años en la institución frente a los portones de la antigua Jefatura junto a otros compañeros en un grupo de protesta por razones gremiales que encabezaba un comisario retirado, “El Truco” Ascull.

Luego pudimos trabajar juntos en el Comando Radioeléctrico donde vi de cerca su virtudes. Dicho esto quiero tomar de su cuenta de Facebook y compartir esta reflexión de nuestro camarada el Suboficial Mayor (R ) Oscar Beloso para que muchos miles mas sepan que hay dentro de un uniforme y en especial la tragedia que se vive con muchos de nuestros jóvenes cuando se habla de estadísticas, de números y de políticas que no dan solución a nada.

 

 

“No se como titular esto que les voy a contar... Porque en realidad estas cosas no tienen nombre, no hay como rotular... Sólo se que necesito sacar esta carga que es difícil de llevar... Sólo le pido... Traten de comprender, traten de pensar.

La muerte nos visitará a todos un día... Pero no quiero hablar demasiado de la muerte sino más bien de la vida... Del tiempo que se nos regala, de las cosas buenas, de amar y de brindar lo mejor que tenemos sin medida...

No quiero hablar de egoísmos, de envidias, de odios, ni nada de las cosas que causan dolor... Ya tuve demasiado, no creo poder soportar mas...

Ayer murió mi sobrino un muchacho de 24 años, que nunca entendió el valor de la vida y si alguna vez lo hizo, en los últimos tiempos se olvidó...

Si, dejó la vida en una escalera sucia de un edificio habitado de personas mudas, ciegas y sin conciencia... Nadie oyó, ni vio nada, nadie sabe quién fue el desalmado que le arrebató la vida de un disparo...

Algunos dirán el se lo buscó, pero la mayoría desconoce su dolor y lo difícil que era para el aceptar lo que la vida le presentó, un desafío tras otro, una interminable y solitaria lucha para tratar de entender cómo se hace para lograr sortear cada cosa...

Es también muy cierto que en esa búsqueda se confundió, se equivocó groseramente, se alejó de los que querían el bien para él... Y se juntó con los desleales, con los que le decían somos amigos y al final nunca lo fueron, porque en el momento de su entierro ausentes, todos, estuvieron...

Le di mi mejor traje, una camisa y una corbata para tapar las heridas de la ciencia que quedaba a la vista en una imagen cruenta... Como nunca lo vistieron para despedir a los que conoció...

Como una premonición mi madre pagó durante años lo que nadie quiere gastar... Pero que es necesario a la hora de dejar de respirar, por eso, por eso nadie se debía preocupar, con mucha amabilidad los comerciantes del final, dijeron debe abonar los impuestos de aquí y de allá... Porque ni la muerte es gratis, ni el Estado deja de recaudar...

HAY personas aún de su sangre que no te fueron a visitar aún y a pesar que jamás te volverán a ver jamás...

¿Hablar?, si todos hablan por hablar, algo hay que decir, algo hay que declamar... Pero pocos son los que están presentes a la verdad... En la vida siempre estuvieron los que te amaron de verdad y perdonaron lo que otros no podrán, buscaron salvarte, que te alejaras del mal, pero nunca escuchaste, tal vez no entendiste y si lo hiciste no tuviste el valor o la lucidez para salirte de una vez...

En tu sepultura solo estuvimos un puñado que apenas éramos algo más de diez, y los cientos que te decían nunca te dejaré, no estaban allí... Dios tenga misericordia de ti, porque la vida te trató mal, y vos no supiste elegir... Por otro lado, también pensé en ellos... De los que pretendieron ser Dios, quitandote la vida... Dios les de su pagó, y beban de su propia cisterna la maldad de sus corazones... Al final…

Sigo creyendo en ti Dios, a pesar de la impotencia y el dolor... Se que tu dijiste... Mía es la venganza YO pagaré... En la tierra de los vivientes la maldad parece gobernar, pero no me engaño, pues tu justicia por siempre prevalecerá...

Franco seguramente estás con quién siempre quisiste estar, con tu papá... Chau y hasta que Dios nos vuelva a juntar... Tu tío que siempre te amó... No tengo que pedir perdón, ni nada debo perdonar... Sólo me queda aceptar lo que no puedo cambiar...

A los que lean esto hasta el final... Tomen conciencia que hay un mal... Que nos está arrebatado el futuro, los jóvenes están muriendo en las calles de nuestra ciudad... Por la maldita adicción, por el dios cruel de la droga y el alcohol... Hoy es más fácil conseguir un arma que conseguir una beca en alguna institución... Todos somos cómplices por los silencios... Todos somos responsables al menos del egoísmo que tenemos cuando nos desentendemos de los que les pasa a los demás y pensamos que no nos afectará, pero hay una condena que tarde o temprano a todos nos alcanzará... Porque vivimos en una comunidad y quieras o no este problema te tocará... Hay que hacer lo correcto... Hay que amar de verdad...”

(Suboficial Mayor (R ) Oscar Beloso)

 

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