12 julio, 2020

MORÓN: Policía denuncia desprotección a camaradas ante Covid-19

Así lo sostuvo Alejandro Pfleger, oficial de la Policía Bonaerense en Morón. Presentó síntomas y le dijeron que hiciera lo que quisiera. Ese día dejó el servicio, se autoaisló y luego corroboró que se contagió. Lea esta dura historia.

No son pocas las voces que denuncian las complejidades que los efectivos de la Policía Bonaerense deben transitar en general, aunque esas difíciles situaciones se agigantan en el contexto actual de pandemia por coronavirus, pero pocas con la contundencia con la que lo relató Alejandro Pfleger, un oficial de la fuerza que cumple funciones en el Comando de Patrullas de Morón y que se contagió de COVID-19.

 

“No existen los protocolos”, sostuvo el agente, quien contó que “presenté síntomas el viernes 3 de julio, me empecé a descomponer alrededor de las 9 de la mañana, di aviso a mi oficial de Servicio, que está en el CP, quien me dijo que me mandaba un relevo, pero para las 12 aún no me había ido a buscar nadie. Luego llegó la oficial ayudante Liliana Viraj, que no es médica sino una oficial igual que yo, y me preguntó qué tenía: le dije que dolor de cabeza, de garganta, de espalda, de pecho, que se me habían aflojado las piernas”.

Ese día Pfleger estaba trabajando en un control vehicular sobre la avenida Eva Perón y Pola, frente al Cementerio Municipal, por lo que la mujer le dijo: “Bueno, por ahí chupaste frío en el operativo, si querés subite al patrullero y ponete a recorrer, y terminá las horas; evaluá vos qué vas a hacer y avisame así hago un conste de lo que decidas”.

“Yo decidí que no iba a contagiar a mis compañeros ni a la gente en general, y me fui a mi casa, donde vivo con mi esposa”, agregó, en una charla con ANDigital, y dijo que en el lugar viven sus padres –la mamá es diabética y el papá es hipertenso y tiene 3 stent colocados– y su hermana –es inmunosuprimida, tres veces fue operada por cáncer– es junto a su cuñado, por lo que la mayoría son población de riesgo.

“Cuando le comenté a mi esposa decidimos llamar a OSDE, porque como estoy casado y ella es agente de la Policía de la Ciudad, también soy afiliado; un médico de esa obra social me hizo una videollamada y me dijeron que por ser personal policial y tener un solo síntoma, se debía aplicar el protocolo, y para los dos. Un par de horas después me pasaron a buscar, me llevaron a hacer el testeo a la Clínica Rossi, del barrio porteño de Almagro, y luego me trasladaron a un hotel de Retiro para quedar aislado. El domingo me comunicaron que soy COVID-19 positivo y el lunes que mi mujer era negativo: a mí me dejaron aislado allí y a ella la trasladaron a mi casa; ambos quedamos en cuarentena”.

Ante toda esta situación de abandono en la fuerza que conduce el ministro de Seguridad Sergio Berni, Alejandro decidió grabar y difundir un video, desde su lugar de aislamiento, donde expuso su deseo de “hacer esto público para que las autoridades tomen conocimiento de lo que está pasando”, contó que “se torna indignante para nosotros, para nuestros familiares y para la misma sociedad, ya que nosotros trabajamos para ellos y no podemos acceder a los testeos”, dijo que “hay varios efectivos que están trabajando con síntomas” y concluyó que todo “resulta una cadena”.

El agente remarcó que, una vez viralizadas las imágenes, “me llamó el jefe del Comando de Patrullas de Morón, comisario inspector Mariano Reynoso, aunque destaco el llamado del Jefe Departamental Morón, comisario inspector Marcelo Peralta, porque se puso en mi lugar, me dijo que no me calle y que siga con esta lucha, porque está en juego nuestra vida, la de nuestros familiares y la de la sociedad toda”.

“Si vos no tomas la decisión de aislarte solo, o de cumplir el protocolo, ellos no hacen nada, y eso es un peligro. Además, no contamos con ninguna medida preventiva, pagamos barbijos, alcohol en gel y guantes, no se fumigan ni se desinfectan los móviles, y en el comando no soy el único caso que hay, hay varios, pero todos tienen miedo de levantar la voz, porque automáticamente te sancionan, te trasladan, te ponen en disponibilidad, siempre hay alguna represalia contra el personal policial”, enfatizó, en un crudo relato.

Alejandro subrayó que lleva 6 años trabajando en la fuerza “y tengo 11 traslados, todos por no callarme la boca: a Ituzaingó, San Isidro, San Fernando, Vicente López, Merlo, en custodia y traslado de detenidos... realmente nos tienen desamparados, y si te muestro mi recibo de sueldo te largás a llorar, nunca tuve un ascenso, estuve en un parto en vía pública, participé en la toma de rehenes al guitarrista de Vicentico, metí presos a 3 personas y hace 6 años que sigo en la misma jerarquía”.

“Este año no recibimos aumentos salariales ni el famoso bono a los agentes de seguridad, más la carga horaria extra, que nos pagan las horas CORES $ 80 para chofer, $ 50 para acompañante y $ 40 si estás en comisaría, menos que un alfajor, y con la obligación de cumplirlas porque si no hay sanciones”, agregó.

Para concluir, Pfleger se hizo una pregunta que resume la realidad del efectivo de hoy en día: “¿De qué sirve un policía arriba de un patrullero 24 horas seguidas, jornadas que se deben cumplir 5 ó 6 veces por mes, si se duerme? De nada”.

Fuente: ANDigital

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