La justicia federal dejó firme el procedimiento abreviado arribado entre el fiscal y cinco policías que fueron parte de la delegación Santa Fe. En abril habían sido condenados por encubrir a narcotraficantes.
El Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Santa Fe, integrado por los jueces de Cámara Germán Sutter Schneider, Mario Gambacorta y Osvaldo Facciano condenó a cinco expolicías de la delegación Santa Fe de la Policía Federal por conformar una asociación ilícita que lucraba con las investigaciones llevadas a cabo por la brigada.
Las condenas alcanzan los tres años de prisión y fueron dictadas a través de un juicio de procedimiento abreviado que tuvo lugar previo al inicio del juicio al exjefe de la Delegación, Marcelo "Lechuga" Lepwalts, quien también resultó condenado como parte de la asociación ilícita. Los policías condenados a través del juicio abreviado fueron Cristian Pablo Bogetti, Michael Juan Arbildo, Carlos Fernando Gomez Navarro, Dario Alberto Duarte y Carlos Leonel Bustos como coautores del delito de asociación ilícita. Además de la condena a prisión se impuso las costas del juicio a los condenados que asciende a $1.500.
Segunda condena
En abril, los cinco policías y el exjefe Lepwalts habían sido condenados como autores de varios delitos: incumplimiento de deberes de funcionario público y abuso de autoridad, sustracción de elementos de prueba, cohecho y encubrimiento agravado por su condición de funcionario público, en concurso ideal; en concurso real con falsedad ideológica de documento público y tenencia simple de estupefacientes a penas de tres y cuatro años de prisión.
En dicho juicio se acreditaron una sucesión de hechos y acciones ilícitas que comenzaron con un procedimiento realizado el 4 de abril de 2019 en la ruta 70, y culminaron el 9 de mayo de 2019 con las detenciones de Lepwalts, Bogetti, Duarte, Bustos, Arbildo y Gómez Navarro. Así se logró probar que los policías reemplazaron o sustituyeron uno de los teléfonos celulares incautados al investigado Guillermo Kernc, a quien luego le cobraron una importante suma de dinero para devolvérselo, y le ofrecieron que pueda continuar con sus actividades de narcotráfico a cambio del pago de un “canon” para que los policías federales le permitan “trabajar tranquilo”.
Esta maniobra contó con la venia del jefe de la delegación Marcelo Lepwalts, y fue supervisada, custodiada y ejecutada por Bogetti, Arbildo y Gómez Navarro. También se tuvo probado que durante la investigación encomendada por el fiscal federal N° 1, Bogetti, Duarte y Bustos brindaron protección personal a Claudio “la chancha” Cardoso, llevando a cabo distintas acciones que beneficiaron la situación del investigado a fin de esquivar el accionar de la justicia, durante los meses de enero y marzo de 2019. Finalmente, cuando el 9 de mayo de 2019 agentes de Asuntos Internos de la Policía Federal allanaron la sede de la Delegación Santa Fe, secuestraron dos trozos de tela con marihuana, cuatro papeles glaseé con cocaína, un envoltorio de nailon con marihuana y 89 envoltorios con cocaína, encontrados en una estantería del baño que utilizaba la Brigada; se acreditó que todos los miembros de esa brigada tenían poder de disposición sobre la droga, así como que la utilizaban como un medio para el fin ilícito.
El estupefacientes hallado en la Delegación era parte de los “secuestros” realizados en operativos contra el narcotráfico, y era utilizado para cometer otros delitos: implantarla en allanamientos donde no se encontraba droga o entregarla a terceras personas a cambio de información, incluso utilizándola para fines personales. Todos estos hechos se enmarcan en un contexto en el que el objetivo concreto del trabajo en conjunto era el enriquecimiento particular de todos a partir de la comisión de delitos indeterminados.
Conformación
Al momento de acreditar la existencia de la asociación ilícita, los jueces destacaron las distintas circunstancias y/o alternativas acerca de cómo se fue gestando la asociación, a partir de la llegada de Lepwalts como Jefe de la Delegación local de la Policía Federal.
A su arribo como jefe de la Delegación, Lepwalts procedió a desmantelar la brigada –no solo de los mandos inferiores, sino también de los mandos superiores, convocó a personal policial recién trasladado y ajeno a la jurisdicción, que presentaba cuestionados antecedentes profesionales: Bogetti, Bustos y Duarte provenían de la ciudad de Villa María, Córdoba, y habían sido sujetos de investigaciones internas por parte de la delegación de dicha ciudad por la presunta comisión de delitos cometidos en ejercicio de sus funciones policiales.
Otro dato revelador se puede observar en el “modus operandi”: apoderarse del dinero que se pudiera encontrar en los procedimientos el que era dividido en partes iguales entre todos los miembros; la droga sustraída en procedimientos y que era guardada en la sede de la delegación para el “embagayamiento” de personas, es decir, atribuirle a una persona un hecho del que no participó, o hacer figurar en el acta de procedimiento una cierta cantidad de estupefaciente que la persona en ese momento no llevaba. Otra actividad desplegada por la asociación eran las reiteradas referencias a la relación de protección a los llamados “arbolitos”: unos audios hallados al peritar el teléfono celular de Gómez Navarro donde hablan de cómo la brigada y el comisario impunemente cobraban dinero para permitir esa actividad ilegal.
Fuente: Aire de Santa Fe
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