Cansados de los manoseos, de una carrera que te frustra a los pocos años de estar en ella; de la falta de apoyo político, de una justicia que garantiza más los derechos de los delincuentes antes que la labor policial, el desarraigo a la familia, y los bajísimos salarios; más de la de la mitad de los policías piensan en irse de la fuerza al cumplir los 25 años de servicio.
Por Miguel Zalazar
En algunos años, algún gobernador se ha de encontrar con una fuerza policial diezmada, y no habrá posibilidad de retener policías que ya tienen un derecho adquirido en cuanto a los años de servicio a prestar, treinta años y la opción de jubilarse a los veinticinco; y esto se verá agravado por la inseguridad que solo se ve va en aumento.
Los diferentes gobiernos cada vez que asumen una gestión, no son capaces de tener un plan para seguir con los pocos proyectos potables que ya existen, o modificarlos, o descartarlos; porque no saben cuál es el problema, menos sabrán darle solución; se trabaja permanentemente en la urgencia y no en la necesidad; en la catarsis y no en el diagnóstico y solución de los problemas.
Hoy nos encontramos con policías que en pocos casos, pero que llegan a ser muchos, con inmutables problemas personales, salud, educación, familia, vivienda, maltratados; y los planes de seguridad no incluyen esas contingencias, de hecho muchos de los suicidios tienen que ver con la falta de atención, de la prevención, pero una prevención en serio, que resuelva cada problema.
Dictar un curso de como evitar un suicido no es un paliativo, es solo justificar gastos estatales; para evitar un suicido hay que abocarse al paciente-policia con problemas psicológicos; para consustanciar mas a un policía con la carrera hay que hacer realidad hechos, la casa propia, que dejen de comprarse la ropa, vacaciones sin interrupciones.
Cuando nada de eso hay, cualquier trabajador, en cualquier rubro, se va de la empresa, en este caso de la institución policial, primero trata de buscar oficinas, agotar licencias médicas, y llegar a los veinticinco años de servicios e irse, sabiendo que hay un trabajo esperándolo en su nueva vida, donde el peor jefe o patrón, no tendrá nada que ver con una policía que solo oprime, cuando no, aprieta.
CUELLO DE BOTELLA
Los funcionarios en el dia a dia, en campaña casi permanente para que no les quiten el lugar, para acomodar a sus familiares, se olvidan de la labor que tienen que hacer, por eso a lo importante no lo ven, y están muchas veces en lo superfluo, por eso, nadie esta viendo esta realidad de la escasez de policías en unos años.
Claramente estamos entrando en un cuello de botella, y nadie lo advierte, y quien puede llegar a verlo, poco le importa, total será problema de los que vengan después; y así circula la rueda, cuya foto termina siendo cientos de homicidios en la provincia, y policías huyendo del trabajo que decían amar.
No caben dudas que la mayoría de los policías comienzan la carrera honrando el uniforme, con una gran vocación de servicio hacia la sociedad, con llegar a lo mas alto posible en su carrera; ahora en el camino, el noventa por ciento de las desilusiones las crea y las hace posible el gobierno de turno.
No estamos tan lejos de ese desmadre institucional, de a salida anticipada de trabajadores policiales de la fuerza;
¿quien se hace caro de esto, hoy, pare evitar un gran problema en el futuro?.
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