Gendarmería sigue esperando poder montar un cuartel en la zona norte. Mientras tanto se hospedan en la cadena de hoteles Solans que paga la provincia de Santa Fe y es lo justo y correcto. Los policías comisionados desde otras UURR ni el viatico les dan y eso no es justo ni correcto. ¿Y ASÍ QUIEREN SEGURIDAD?
Por Alberto Martinez
Publica hoy el diario La Capital que "....Si bien el desembarco en ese sector se anunció hace cuatro meses, aún no llegaron los fondos para hacerlo y el predio no tiene luz ni agua...."
Mientras esto ocurre, el Ministerio de la INseguridad a cargo de Jorge Lagaña envía personal de refuerzo a esta ciudad durante días sin siquiera brindarles los viáticos que por ley corresponden. Otro signo mas del destrato y la discriminación que sufre el trabajador policial santafesino que debe costearse de su bolsillo esos gastos extraordinarios.
A cuatro meses de la firma del acta acuerdo en la que se estipuló que Gendarmería sumaría un nuevo cuartel en la zona norte, todo sigue casi como hasta entonces: en la nada. Aquel 2 de noviembre el intendente Pablo Javkin y las autoridades de la fuerza federal acordaron hacer los esfuerzos para que los efectivos tuvieran un lugar de residencia fijo en la ciudad. No obstante, una alta fuente confió que si bien “hay avances” aún se esperan los fondos para la compra de módulos habitacionales y realizar las conexiones de agua y de luz en un predio que sigue descampado. Mientras tanto, unos 360 efectivos hacen las veces de “nueva agrupación” con subjefe a cargo, pero están desperdigados entre el Destacamento Móvil 2, hoteles y departamentos de la ciudad.
El anuncio realizado hace cuatro meses fijó que Gendarmería gozaría del uso gratuito de un terreno ubicado sobre la colectora de Circunvalación, con el objetivo de que forme parte del predio donde se va a radicar un nuevo Destacamento.
“Será utilizado para llevar adelante todo tipo de actividades de entrenamiento, capacitación, formación, despliegue y prácticas de estrategias tácticas”, se había afirmado.
Pero los anuncios quedaron en el papel y hoy las fuerzas operativas fueron reagrupadas con un subjefe a cargo pero sin un lugar físico donde poder desarrollar su acción.
Los 500 gendarmes a los que se agregaron otros 360 siguen con residencias temporarias: hoteles, departamentos y la base operativa de San Martín 2851.
Todo ello, pese a que para marzo se había anunciado la puesta en funciones de módulos habitacionales y centro de operaciones logísticas con capacidad para unos mil uniformados. El mismo estaría ubicado en cercanías del club Olympia y el arroyo Ludueña.
Y en paralelo, Gendarmería también había avanzado en otro frente: la Administración de Bienes del Estado (ABE) aún no traspasó los terrenos solicitados por la fuerza federal en la Estación El Gaucho, en el suroeste rosarino, el otro sitio apuntado.
Hasta que no se autorice el uso de un crédito para la adquisición de los módulos habitacionales (se llegó a hablar de unos 40) y se defina la infraestructura para los terrenos apuntados para el desembarco, los avances son sólo operativos y no de radicación más definitiva.
Sin recursos pero con gente
¿Cómo se sustituye la falta de un lugar fijo? Gendarmería creó una fuerza de tareas con personal de otras agrupaciones con un subjefe a cargo, y unidad de mando. “No tenemos los recursos y los elementos, pero sí la gente y los medios para operar en el territorio bajo una figura similar de escuadrón con efectivos provenientes de Santiago del Estero, Córdoba y Buenos Aires, junto a otras áreas como criminalística. Es decir que se trata de una unidad completa pero con integrantes de otras agrupaciones. Están operativos, pero no se los puede mandar a una carpa gitana”, confió una alta fuente de la fuerza federal.
La falta de un lugar físico requerirá una nueva ronda de gestiones de Gendarmería con el municipio, para obtener las conexiones de agua y luz en zona norte, y las que tengan por objetivo acelerar la compra de los módulos habitacionales.
En el caso de los terrenos ferroviarios de la Estación El Gaucho, en la zona sudoeste de la ciudad, la gestión parecería más sencilla. El propio Estado debería transferir la titularidad en favor de Gendarmería para así permitir su desembarco.
El predio de zona norte tiene una parte ya cedida por el municipio en noviembre, pero aún restaba darle un marco definitivo a otra lonja (un triángulo de 300 metros por 300 metros) que había sido cedida a la Asociación de Empleados del Palacio Vasallo. Un camping que fue víctima del vandalismo y los robos reiterados y aguardaba ansioso la llegada de los efectivos.
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