El procedimiento era parte de un operativo ordenado en el marco de una investigación por bestial tentativa de homicidio. Los uniformados se protegieron detrás de un escudo que recibió al menos siete impactos de bala.
Por Joaquín Fidalgo
El 13 de julio de 2020 un hombre fue atacado brutalmente a machetazos por familiares suyos. El incidente tuvo lugar en un campo de Recreo, y la agresión fue perpetrada por un tío y tres primos de la víctima. El arma blanca de gran tamaño hizo estragos en el cuerpo del agredido, que terminó con dedos amputados y desprendimiento de mandíbula y piezas dentarias, entre otras lesiones graves. Los atacantes finalmente escaparon del lugar y el hombre malherido debió ser trasladado de urgencia por su padre a un centro de salud cercano, desde donde rápidamente lo derivaron al Hospital Cullen. No murió por milagro. Este sábado, cuando la víctima está terminando tratamientos estéticos de reconstrucción, la investigación del hecho derivó en un operativo que pudo concluir en una nueva tragedia.
El caso fue puesto en manos de la fiscal Jorgelina Moser Ferrro a fines del año pasado, quien en ese momento ordenó una serie de medidas, fundamentalmente testimoniales. Con los elementos reunidos, esta semana la funcionaria de la unidad de violencia de género del Ministerio Público de la Acusación solicitó tres allanamientos en distintos puntos de la zona, en busca de los sospechosos. El juez Gustavo Urdiales los ordenó.
Personal de la Agencia de Investigación Criminal dispuso así que se realicen tres irrupciones, para lo que contó con la colaboración de un preparado equipo táctico del Grupo de Operaciones Especiales (GOE).
La primera de ellas tuvo lugar en Facundo Zuviría al 6900, donde no hallaron a los sujetos buscados.
Los uniformados se dirigieron también a una ladrillera ubicada cerca del cruce de las rutas provincial 5 y nacional 11, con el mismo resultado. Es para destacar que en este sitio se había producido el ataque a machetazos.
Finalmente, en calle Formosa al 100 los policías fueron recibidos a los tiros desde el interior de una vivienda. Al menos uno de los moradores estaba armado y abrió fuego sin piedad. Siete proyectiles impactaron en el escudo protector que llevaba uno de los agentes.
Sólo el gran profesionalismo de los efectivos del GOE permitió que el episodio no terminara de manera fatal. Los uniformados resultaron ilesos y el "tirador" sólo sufrió una herida en una mano. Le dispararon para desarmarlo. El revólver que había utilizado, de grueso calibre (.38), fue secuestrado en la escena.
Además del "tirador", los uniformados apresaron a otra persona que había en el domicilio, uno de los buscados primos de la víctima.
Los investigadores buscan a los otros dos primos acusados de "tentativa de homicidio". Por su parte, se supo que el tío ya falleció tiempo atrás.
Fuente: El Litoral
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