El comisario Diego Álvarez amplia su declaración ante la justicia federal y su denuncia ante la CIDH. VER VIDEO.
Por Hugo Alvarez
El pasado jueves en una alocución de más de tres horas, derribó una a una las teorías de la acusación trazando una línea temporal con los sucesos reales y siempre apoyado en la prueba documentada.
Comisario Diego Alvarez dirigiendose al Tribunal amplado a su pedido las declaraciones
Por otro lado desde Washington D.C la CIDH le pidió al Estado Argentino informes sobre los derechos que el trabajador policial alegó violados.
El organismo internacional evalúa llamar a testimonio a dos abogados sindicados cómo "arma causas".
Lo gritaron primero cientos, luego miles, y hoy es un canto que pertenece al pueblo:
"Yo sabía, yo sabía
Que la causa Casco
Era todo una mentira…" .
En el marco de esa realidad -hoy inexorablemente conocida por toda la sociedad Argentina- decidió ampliar su declaración el Comisario Supervisor Diego Álvarez.
En una exposición que duro poco más de tres horas explicó punto a punto la dinámica de las comisarías en Rosario, el manejo de los libros memorándum, las particularidades del funcionamiento interno, las diligencias con detenidos fijos, detenidos temporales o demorados y los del "10 bis", las nulas denuncias en su contra por algún supuesto "mal trato" y las nulas denuncias contra la comisaría durante su gestión, como se manejaban las visitas y las raciones de comida para los internos, la diferencia entre los "penales de mundo" y los "penales evangélicos" y porque la mayoría de detenidos alojados en la comisaría séptima pedían ir trasladados allí (era un penal evangélico) los testimonios falaces de ciertos internos así como también hizo una encendida exposición sobre el inicio del armado de la causa y los principales actores que influyeron y pujaron por construir el caso.
"Elijo venir cada semana y dar la cara"
"Yo podría haber elegido ver estás audiencias por ZOOM desde Marcos Paz, sin embargo vengo cada semana, hago 700 kilómetros, viajo esposado, me siento acá y doy la cara, los instó a que me pregunten ustedes lo que quieran saber y se saquen las dudas, porque yo no tengo una mentira armada, yo les dije y les diré la verdad y la realidad que se ajusta a los hechos sucedidos".
Con esa firmeza se dirigió Álvarez al Tribunal y a la Fiscalía
Obviamente luego de ello -nuevamente- ni el fiscal ni ninguna de las dos querellas legítimas (recordemos que la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación está ejerciendo ese rol de manera ilegitima al haberse presentado de manera extemporánea cómo damnificado) le hicieron ninguna pregunta.
Quizá uno de los momentos más resonantes de su alocución fue cuando el trabajador refirió "¿hasta donde la acusación va a tratar de probar hechos que no nos fueron imputados? (...) ¿hasta donde mis compañeros y yo vamos a tener que seguir soportando que la acusación no pruebe el hecho concreto? (...) hasta ahora puedo ampliar mí declaración y aclarar los puntos que introducen (...) lo que empiezo a temer es una imputación sorpresiva, o que me aparezcan con un detenido que diga 'el comisario me dio un beso en la boca' y me terminen imputando acoso sexual".
Lo referido por el trabajador resonó fuerte a los presentes en la sala, y en aquellos que cómodamente desde Buenos Aires seguían la audiencia por ZOOM.
Es que la acusación pública y privada viene perdiendo desde el inicio del debate. Nada de lo que se alegó en la apertura del juicio se pudo probar. La difusión que halló el juicio en los medios hace que la sociedad vea en primera persona como se judicializo una causa prefabricada desde el comienzo, y en sentido opuesto a lo esperado por los usuarios de la "causa armada", la contundencia de la prueba hace pensar en que todos los trabajadores serán absueltos, que el Estado Argentino será condenado por la CorteIDH por las serias violaciones a los derechos humanos que se cometieron contra los acusados, y que más de un abogado sindicado como "arma causas" deberá dar cuenta de ello ante la justicia, allí radica que se quiera lograr una condena a toda costa.
En ese sentido refirió "hace algunas audiencias atrás venimos sintiendo un empecinamiento por parte de la acusación por intentar lograr una condena a través del Tribunal sea de la forma que sea (...) hay un empecinamiento en que se nos condenen por algún delito, ya no interesa si es Franco Casco, será por el o por cualquier otro, pero se quiere obtener una condena (...) me parece que ha perdido la acusación el deber de objetividad que debería tener, sobre los hechos que imputa y sobre los hechos que intenta probar que deberían ser los hechos imputados".
Abogados de las querellas, señalados cómo "armadores"
"Yo me reuní con el Dr. Salvador Vera en muchas oportunidades, el me dirigió sobre como debía proceder en mí declaración". Con esa liviandad se expresó Pablo A. testigo estrella ofrecido por la acusación e incorporado al programa de protección al testigo de la Secretaria de Derechos Humanos.
El interno mintió sobre su alojamiento en la comisaría, refiriendo estar en un lugar desde donde supuestamente veía a Casco.
El comisario Álvarez acabo por derribar la falacias del convicto con la exposición de los libros memorándum de guardia, documental que registra minuciosamente la ubicación de los detenidos en los penales.
Con ayuda de una maqueta (confeccionada por el mismo en base al plano oficial) el trabajador explicó dónde cumplía condena Pablo A., esto era en el penal del fondo, desde donde se tiene nula visión del lugar donde estuvo detenido Franco Casco el día 7 de octubre.
Posteriormente relató como era el recuento de internos que se hacía en cada entrega de guardia, y allí leyó en distintos folios e incisos de los libros 13, 14, 15 y 16 correspondientes a los meses de agosto, setiembre y octubre donde en cada recuento Pablo A. figura alojado en el penal 2 junto a toda la población penal, y no en la denominada "cuadra" como el mismo reo habría intentado instalar en su testimonio.
Quedó patente allí que los abogados mencionados por el convicto, el doctor Salvador Vera, funcionario del Centro de Asistencia Judicial y Diego Rodríguez, ex abogado de la secretaria de Derechos Humanos, hoy imputado junto a Marcelo Sain por espionaje y el armado de una licitación ilegal para robarle 1.400 millones de pesos a los Santafesinos, fueron los principales constructores -según palabras del propio reo- de su relato.
Álvarez hizo una sobrerbia mención de este extremo en su ampliación de denuncia a pedido de la CIDH. Allí el trabajador citó jurisprudencia de la Corte Penal Internacional para referirse a la presentación de falsos testigos. Compartimos extractos de esos párrafos.
"Este hecho fue revelado durante las últimas audiencias de juicio, donde testigos que declaraban en favor de la acusación se expresaron en los siguientes términos 'hubo dos funcionarios de la Secretaria de Derechos Humanos que me visitaban siempre en la unidad carcelaria dónde cumplo condena (...) Uno era el abogado Diego Rodríguez, la otra una abogada que le decían Barbie (...) Ellos me consiguieron beneficios a cambio de mí declaración (...) Siempre me cumplieron con todo' (Audiencia N° 18, testimonio del señor Pablo A. Si esa comisión lo requiere se puede adjuntar en soporte digital el archivo de video de dicha audiencia).
En el mismo sentido, el testigo mencionó diversas reuniones con el señor Salvador Vera, abogado privado de una de las querellas en el caso, el cual se habría reunido con el declarante en diversas ocasiones para informarle que es lo que debía declarar en nuestra contra (...) ante la pregunta de '¿esta es la primera vez que declara en esta causa?' refirió ante el tribunal lo siguiente: 'no, a mí me citaron en un estacionamiento, había dos tipos me dijeron que eran de Derechos Humanos.
Uno de los abogados tomó esa línea y preguntó al testigo si recordaba el lugar, si lo relacionaba con un edificio oficial, una fiscalía o juzgado y el mismo termino recordando 'no era una fiscalía, era un hotel céntrico, ahí nos hicieron esperar 40 minutos hasta que llegaron otros y nos informaron que teníamos que decir'. (Audiencia N° 20, testimonio del señor Daniel R. Si esa comisión lo requiere se puede adjuntar en soporte digital el archivo de video de dicha audiencia)".
Exponiendo estás atrocidades Álvarez refirió "Sobre la manipulación de testigos y la afectación a los procesos que ello provoca, tuvo oportunidad de expedirse la CPI (Corte Penal Internacional) en los siguientes términos 'ningún sistema legal puede aceptar la manipulación o el direccionamiento de los testigos mediante cualquier inducción o presión destinada a que sus testimonios dejen de lado la verdad. Prohibición que, por lo demás, ha sido reconocida por los tribunales penales internacionales especiales, como son los de la ex Yugoslavia, Ruanda y Sierra Leone (...) Ocurre que la manipulación de los testigos, por su perversa gravedad, genera la nulidad de sus respectivos testimonios. La que, por lo demás, es insanable. Absoluta, entonces. La falsificación de la prueba no admite –claro está- otro resultado. Y supone una ofensa gravísima contra la administración de justicia (...) la experiencia sugiere que, a veces, son los gobiernos (o sus fiscales) los que influencian o presionan a los testigos para que de alguna manera ellos obstruyan o distorsionen la verdad, con dichos torcidos. Para así alinearlos con sus objetivos, con frecuencia políticos"(...) A lo que cabe agregar que los testigos con interés en el resultado del juicio tampoco pueden ser considerados independientes. Porque ciertamente no lo son. Y no debieran testimoniar (...) todos los testigos 'entrenados' son entonces cuestionables, cualquiera hubiera sido su circunstancial 'entrenador' y su objetivo”.
(El subrayado y destacado me pertenecen. Jean-Pierre Bemba (Bemba I) Coalition for the International Criminal Court).
Armado militante, político y mediático
En torno a ello, Álvarez refirió como al inicio del caso, personalidades como el ex Defensor General de Santa Fe, el señor Gabriel Ganon, el diputado Octavio Crivaro, Alejandra Fedele referente de movimiento Evita, la Concejala Norma Lopez o el hoy diputado nacional Eduardo Toniolli pujaron por la construcción de la culpabilidad de personas inocentes, y para lograr eso los presentaron a el y a sus compañeros ante la sociedad de manera directa como los responsables de la muerte de Franco Casco.
No conformes con eso en aquel momento incluso se ensayaron "causas armadas gemelas" cómo fue el caso de Karen Weiss, una joven sobre la cual se inventó que había sido detenida, golpeada y vejada en la comisaría séptima a semanas del paso de Franco.
Finalmente la joven desmintió todo ante la justicia y confirmó que había sido un plan fraguado para dar más preponderancia al caso de Franco, allá por noviembre del 2014 cuando la causa se empezaba a armar.
Esa noticia estuvo en Rosario3 durante unos días y posteriormente fue borrada del portal.
En una inteligencia de operación similar se desempeñaron medios como Rosario/12 bajo la pluma de José Maggi o Juan Carlos Tizziani, también el diario RosarioPlus bajo la pluma de Hagar Blau Makaroff, el diario El Ciudadano o el portal enREDando en la pluma de Martín Stoianovich.
Verdaderos constructores de culpabilidad que lejos de informar, hicieron propaganda para los abogados y organismos que se lanzaron a la aventura de instalar una falacia, negarle la verdad a la sociedad, contruir un desaparecido en democracia y cobrar una suma millonaria con la cual financiar sus estructuras políticas.
Esos mismos medios hoy hacen un silencio abrumador en torno al tema, solo algunos valientes se atreven a estar en cada jornada de juicio para escribir sobre un caso que se reveló como una verdadera CAUSA ARMADA, sobre una causa que no es como la quisieron vender, sobre una causa que dicha así, molesta.
Dijo Horacio Verbitsky:
"periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa; el resto es propaganda".
El debate continúa el próximo jueves 22 de agosto.
(*) Presidente de la Asociacion Civil Inocente Colectivo
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