¿Policías desarmados en el Proyecto Bruera?

Por Miguel Zalazar

Con el rutilante título de "Estatuto laboral para funcionarios encargados de hacer cumplir la ley", pretende no solo desarmar a la policía, sino regular las acciones gremiales que no son admitidas en ningún lugar del mundo. (VER NOTA: "SANTA FE: La Legislatura debate un proyecto que habilita la agremiación de las fuerzas de seguridad").

Expte 49031/2022 - Proyecto de Ley "Estatuto laboral para funcionarios encargados de hacer cumplir la ley"

Sería largo y agotador esgrimir cada uno de los párrafos de la legisladora, a pesar que son fáciles de refutar por la chatura de los argumentos. Desde el inicio, los fundamentos de las reformas que pretende tienen y un tinte discriminador, acusador, imputativo hacia las fuerzas policiales; hoy el 99,9 % de la fuerza policial se compone de hombres y mujeres egresados de distintas escuelas de formación policial posterior a 1983, entonces por qué cargarles a los trabajadores un contexto que no les corresponde asumir, ni siquiera de manera indirecta.

En todo caso, cuando la legisladora cita la Ley Orgánica Policial, que data de 1975; debería hacer una mirada retrospectiva, y por “su militancia” en un partido que sentó las bases de la agremiación de los trabajadores, hasta una autocrítica, porque esa reforma bien pudo darse con los gobernadores Vernet, Reviglio, Reutemann (dos mandatos) Obeid (dos mandatos) y ahora con Omar Perotti; en realidad nadie de la dirigencia política quiere que la Constitución ingrese a las jefaturas policiales.

Reforma encubierta de la Ley de Personal

El proyecto de BRUERA, es algo así como una ensalada de frutas, no le falto nada a esa mescolanza que pretende legalidad, ya sea porque no es lo mismo ser policía que penitenciario, son actividades bien diferenciadas, y cuando alguien expresa el término “afines”, quizás tenga más bien que ver con estar uniformados, que con otras cosas.

La idea de la diputada, es echar mano a varios artículos que son parte de otras, leyes que regulan no solo la operatividad de la fuerza, sino la carrera policial, que van desde sus derechos y obligaciones, hasta un régimen disciplinario.

Policías sin Armas

“Utilizar exclusivamente el arma provista u homologada por la institución durante la jornada laboral”, dice parte del texto de BRUERA; esto lisa y llanamente es dejar sin la presencia estatal respecto de la seguridad púbica a la sociedad, máxime en un momento de extrema violencia, donde ha quedado clarísimo con el caso SANABRIA y otros; que el trabajador policial está a la buena de Dios en servicio o fuera de él.

Evidentemente, lo que se pretende es un desarme total, desamparar a los trabajadores, y que haya una indefensión de los ciudadanos ante los crímenes que ocurren a diario.

Agremiación Policial

Quizás sea éste el punto más álgido que provocó la reacción de los trabajadores, y que ya ha tratado con mucha precisión el dirigente sindical de APROPOL Alberto MARTINEZ; donde se cuestionan la real libertad sindical.

Hay una idea de una fuerte intromisión del ejecutivo o del gobernó de turno en lo que debería ser netamente una cuestión de los trabajadores; ya sea dictando sus estatutos o reglamentos. La idea de BRUERA es un sindicato, pero “como yo diga”. (VER NOTA: “El proyecto de Bruera es de corte totalitario” (Martínez)).

Defensa del Policía

No se puede decir que se va a defender a un policía desde el punto de vista administrativo, cuando es la propia patronal quien te pone “tu abogado defensor”; por que ha de ser un funcionario del Ministerio de Justicia, porque debe ser un organismo con personas civiles; por qué no dejar eso librado a cada empleado acusado; y que sea el quien designe a la persona de su confianza para representarlo, o bien dejar ese espacio para quienes están en el gremio.

Es un disparate que sea el Estado quien te acuse a través del Organismo de Control Policial (OCP), de las distintas dependencias de sumarios administrativos, y que el propio Estado te diga quien tiene que defenderte. Dónde están las libertades de ejercer la defensa en juicio; deliberadamente la legisladora propinante no piensa en el policía como un trabajador con todos los derechos.

Ausencia en el debate de los trabajadores

Lo central de todas estas modificaciones pretendidas, es la ausencia de la voz de los protagonistas o de quienes son los destinatarios de la idea, los trabajadores policiales. Una vez más asistimos a el autoritarismo, a la abolición de las expresiones de los sin voces; y esto se hace, porque hay políticos que repelen los uniformes, que tienen antipatía por los policías, aunque no así por sus pares que están muchas veces sospechados de tremendos hechos de corrupción.

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