LAS COLONIAS: Los compañeros están hartos del maltrato y las inequidades

Por Miguel Zalazar

Independientemente de una investigación judicial o administrativa que las autoridades competentes consideren; nosotros no vamos a renunciar a las banderas de defender sus derechos y exponer cada situación.

Nunca ponemos palos en la rueda, siempre acompañamos cada gestión; aunque hay algunos que, con indiferencia, soberbia e intolerancia no admiten el dialogo y la construcción colectiva; los trabajadores tienen un límite cuando el hartazgo ya los desbordó; la no comprensión de los superiores, los aprietes, y las inequidades, detonan lo que estaba en una olla a presión.

En Esperanza, la gestión viene sumida por críticas internas y externas ya desde la gestión de Jorge LAGNA; y pese a hacerle observaciones nunca cambio el rumbo; más aún, cuando a alguien se le prometió un cargo de mayor relevancia en la capital provincial, la gestión se relajó.

Los compañeros están hartos del maltrato y las inequidades, y que la distinción de los que están todos los días y todo el día en el campo operativo, sean relegadas en su consideración a quienes por ser hijos o hijas de; hermanos o hermanas de; esposas o esposos de; u otros lazos amistosos; porque todo lo que sospechosamente favorezca a unos, va en detrimento de los demás; ese equilibrio es el que pone en peligro el sistema y que quienes no saben conducir, provocan el caos.

FANTASMAS, ADICIONALES, Y OSPEs DE GUARDIA VIP

Lamentablemente compañeros que hacen las cosas bien, sufren las ordenes improcedentes de jefes que buscan los atajos económicos irregulares; porque hacer un servicio adicional o extraordinario todos los días; no es algo de excepción por una contingencia, que puede haberla; cuando no se da esa excepción, es lisa y llanamente una defraudación al Estado. Nos quedan dudas si eso no tendría la venia de los superiores, o los controles reglamentarios no existen.

Cuando alguien no va a trabajar, o hace servicios pagos en horarios ordinarios, indefectiblemente va en detrimento de sus propios compañeros, porque cada servicio que no se otorga equitativamente es meterle la mano en el bolsillo a otro policía y eso no lo vamos a permitir.

Hay casos testigos por ejemplo en dependencias de la Primera Zona de Inspección donde hay hijos y entenados, porque hay personal que le asignan servicios adicionales al salir de guardia, mientras que otros los hacen estando de guardia.

Hay un jefe que, en su turno nocturno, solo hace Ospes, y es tan burdo el accionar que se registra su entrada, salida y vuelta a ingresar en la comisaria en el libro de guardia; una anotación administrativa que no resiste análisis.

¿Por qué viene la queja del personal?

Porque ellos también desean hacer servicios extraordinarios y no tendrían inconvenientes en venir como corresponde en días francos, sin embargo, el jefe les veda esa posibilidad, porque pareciera es un ingreso económico de su exclusividad, pese a que la Orden de Operaciones a la que tuvimos acceso testa con claridad y en mayúsculas, “FRANCO DE SERVICIO”.

Los policías que están en las guardias más de una vez deben arreglárselas como pueden, porque lo superiores se mandan a mudar; por ejemplo, uno de ellos, en sus turnos, que son de 24 horas; se retira de la dependencia a las 12,30 horas y vuelve cerca de las 22.00 horas; pues, en ese lapso de “su guardia”, se dedica a atender su gimnasio que está en otra ciudad. Eso es desidia, falta de control, indiferencia en la conducción de una unidad regional, y poca importancia a la ciudadanía. 

CIERRAN LA COMISARIA Y SE VAN AL BANCO

A nadie escapa que hay escasez de personal, y es un reclamo constante que se hizo siempre desde sectores sindicales; ahora, bajo ningún punto de vista puede cerrarse una comisaría de 7 a 14 porque en ese lapso el único personal de guardia de ese día, se va a otra localidad a hacer un servicio adicional; eso pasa de lunes a viernes.

¿Por qué no lo hace su relevo que esta franco? ¿La superioridad lo sabe? ¿Por qué la División Operaciones no controla eso? El personal se pregunta a sí mismo, “¿si nosotros hacemos los servicios cuando estamos francos, por qué el resto no, serán los denominados fantasmas; habrá, post cobro porcentajes a repartir?” ¿Todo raro no?

Es tal la situación de que cada quien hace lo que le viene en gana, que una presidenta comunal habría solicitado una reunión con el Gobernador para la semana próxima, para pedirle que abran la comisaría.

Estas y otras cosas no solo no deben ocurrir, porque claramente sobrevuelan la tipificación de algún delito; sino, como se dijo antes, aun en la escasez de personal en las Unidades de Orden Público (AUOP), quien conduce debe tomar el toro por las astas y sacar de los nichos de los escritorios de las oficinas al excedente de personal de seguridad que está muy cómodo y ocioso, y destinarlos a las comisarias; hacer concesiones por amiguismo, sentimentalismo o por quedar bien con Juan o con Pedro es resentir a la larga, el servicio de seguridad, que en algún momento como este, estalla.

No puede haber un jefe al que sus subalternos y subordinados le expresen, “si me mandan a una comisaria me tumbo”; a esos, malos policías, malos compañeros, sin apego al uniforme; hay que ponerlos bajo investigación administrativa; porque en nada ayudan y son parte de un sistema que debemos erradicar definitivamente.

Policías somos todos, operativos y administrativos; ahora, cuando la viveza está puesta a la orden del día solo para perjudicar a unos, sobre todo en la carrera y en la faz económica metiendo la mano en el bolsillo del compañero desde el lugar que nos ocupa seremos implacables defendiendo los intereses colectivos de cada policía en cada rincón de la provincia.

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