15 septiembre, 2022

El primer juicio por acoso sexual laboral en Santa Fe tiene a un policía en el banquillo de los acusados

La justicia santafesina lleva adelante el primer debate oral y público por acoso sexual. El policía Juan Ramón V. fue denunciado por una integrante de la fuerza que al momento de los hechos era su subordinada. La denunciante no se presentó a declarar en el debate por miedo.

Un policía santafesino identificado como Juan Ramon V. es juzgado por varios hechos de acoso sexual y actos turbatorios realizados en el ámbito laboral, durante los años 2019 y 2020. La acusación es llevada adelante por la fiscal de la Unidad de Faltas y Contravenciones, Laura Martí.

El juicio oral y público, el primero de este tipo que tiene lugar en la provincia de Santa Fe, se desarrolla en los tribunales santafesinos ante el juez Pablo Busaniche. El acusado cuenta con la asistencia del defensor público Matías Spadaro, quien rechazó la acusación.

Denuncia e investigación

La investigación comenzó tras la presentación de la víctima en la dependencia de Asuntos Internos de la Policía santafesina, en septiembre de 2020. La mujer relató una serie de situaciones de acoso, y sostuvo que el autor fue su superior en la sección Perros de la URI, Juan Ramón V. En la denuncia, la mujer explicó que conocía a Vergara desde el 2006, cuando ella prestaba servicio en el Comando Radioeléctrico de Santa Fe, y él en Infantería; relató que comenzó a recibir mensajes del estilo: "dale bola a V., que la tiene grande...", hasta que advirtió que ese número era del propio policía. Esa circunstancia le molestó pero como no trabajaban en la misma dependencia mantuvo la distancia. Todo cambió cuando comenzaron a trabajar en la misma área, en Perros de la URI: "me salió la posibilidad de ir a la sección "Perros", que hace años que quería ir... yo sabía que él estaba ahí, pero como él estaba en pareja, yo dije... bueno, no me va a decir nada...", sostuvo al momento de denunciar. Según la denuncia, el policía acusado solía preguntarle por el color de su ropa interior o por su vida sexual delante de sus compañeros de trabajo, “utilizando la sexualidad de la víctima como motivo de broma o chiste de tipo machista, entre todos sus compañeros”, detalla la acusación.

Siete hechos

La Fiscalía lleva a juicio al uniformado por un total de siete hechos, según el relato de la denunciante; el primero data del 1 de noviembre de 2019 pasadas las 13 el superior le envió un mensaje de WhatsApp en el que manifestaba: "che, no entrés más sola a la oficina..... Xq tengo varios meses de abstinencia. Encima andas de pantalón de buzo y el pantalón de buzo se baja mejor y más rápido", mensaje con "el cual hostigó sexualmente a la víctima, ya que refería mantener una relación sexual, en su calidad de superior jerárquico, en forma explícita, sin ser ésta conducta consentida por la víctima”, sostuvo la fiscal. La acusación agrega que este episodio le provocó padecimiento psíquico y físico, “tales como estados de ansiedad y angustia y crisis de llanto intempestivo que se prolongó durante toda la relación laboral”. El segundo episodio denunciado data del 4 de noviembre de 2019; la denunciante sostuvo que su superior se comunicó otra vez WhatsApp, mientras ella estaba cumpliendo su servicio de guardia en Colón al 3000, (antigua sede de la sección Perros): "... no voy a pasar por allá. Estas re loca... aparte el día está tentador, y no quiero caer por unos mates... ", nuevamente insinuando mantener una relación sexual en el lugar, sin ser ésta conducta consentida por la víctima, sostuvo la Fiscalía. La denunciante sostuvo que al año siguiente, el 12 de junio de 2020 cerca de las 20, su superior le requirió que cometa un delito, mintiendo en una declaración ante el Fiscal a cargo de una investigación por violencia doméstica, a fin de obtener una resolución favorable en la causa: "te consulto, vos mentirías x mi ?.. La otra me denunció por violencia de género y el fiscal tiene intenciones de imputarme... y si eso pasa, tendré que poner abogados y buscar testigos". Este mensaje perturbó a la víctima y la colocó en una posición de temor porque ya venía recibiendo maltratos laborales por parte de Vergara, advirtió la fiscal Martí.

El cuarto hecho denunciado ocurrió el 17 de septiembre de 2020 por la mañana, a través de un llamado telefónico mientras la denunciante se encontraba de servicio en la peatonal con un can. Su superior le manifestó que iba a presentarse en el lugar a ver si era cierto que estaba trabajando; la acusación sostiene que continuó insultándola y humillándola como mujer y como subalterna, hasta que la víctima comenzó a angustiarse y llorar por tal agresión y le dijo "quiero irme a mi casa, basta, deja de perseguirme, no quiero que me están torturando así, quiero irme a casa". La Fiscalía precisó que al cortar la comunicación, el uniformado volvió a llamarla inmediatamente y le dijo que la relevaba de las guardias y que se retire a su domicilio. El quinto episodio que se juzga en el debate ocurrió pocos días después de la presentación de la víctima en Asuntos Internos; el 23 de setiembre de 2020, cuando, según la Fiscalía, Vergara reunió a toda la compañía de "Perros" de la URI, en el comedor de entrada de la dependencia, y les hizo saber a todos los compañeros que había sido denunciado e identificado por acoso sexual, que los próximos serían ellos - todos sus compañeros-, “descalificando con adjetivos ofensivos y denigrantes a la víctima, para crear un nuevo entorno hostil en su ausencia, conformado por la totalidad de sus compañeros, y les dijo que por culpa de la denunciante la sección Perros se iba a quedar sin caninos”, relató la fiscal. La denunciante sostuvo que tomó conocimiento de esta situación gracias al llamado de un compañero de la sección, quien le informó que "V. llamó a todo el personal y nos hizo la sicológica. Habló mal de vos, ya sabés como es él. Hay malestar en la sección. Yo no sé si los chicos van a querer hablar con vos". Este episodio es además acusado como una violación a la prohibición de contacto que tenía el imputado con la víctima, emanada por la fiscal Martí y notificada la tarde anterior. El último de los hechos denunciados data del mismo día, el 23 de setiembre de 2020, luego de la orden de medida de distancia y de que la denunciante fue trasladada a otra dependencia. Según la Fiscalía, el policía acusado dio de "baja" a dos perras de la sección para desabastecer la sección de animales, responsabilizando a la denunciante de este episodio.

Daño psíquico

Martí detalló que los actos turbatorios, molestias, de hostigamiento y de acoso sexual sobre la víctima dado en un contexto de trabajo es la modalidad utilizada ante la negativa de la víctima: "comienza una peregrinación de hechos que en forma directa menoscaban la autoestima de la víctima como mujer, denigra a la persona como agente, y finalmente va destruyendo por dentro la integridad de la psiquis". La denunciante, aún luego de haber hecho la denuncia por estos hechos, y ser protegida por las autoridades con las medidas de distancia y asistencia complementaria psicológica, prefirió el cambio de destino a otra dependencia. Una segunda etapa de esta vía constante de acoso y molestias de tipo sexual era la recarga horaria en las tareas, cambios de horarios de guardias repentinos, "que hacían que la víctima no pudiera organizarse con su hijo de 5 años con el que vive, siendo madre soltera, ya que su madre no podía cuidárselo las 24 horas del día, circunstancia era conocida por Vergara, y sabía de los problemas que le se le generaba a la víctima respecto de su pequeño hijo”, sostuvo la fiscal. La denunciante mantuvo una serie de entrevistas con la psicóloga de AIC, quien ya declaró en el juicio y relató los cambios padecidos por la víctima; desde los hechos se encuentra con cuadros de angustia y ansiedad. La profesional la encontró "vigil, con atención y concentración conservada, con actitud colaboradora, pensamiento conservado y ajustado a la realidad (sin alucinaciones ni delirios), con crisis de llanto a lo largo de toda la entrevista cuando hace alusión espontánea a la situación que la llevó a tomar la decisión de alejarse del puesto de trabajo que desempeñaba con "pasión", ser guía de canes, entrenarlos para seguridad y rastreos”, enumeró.

La psicóloga indicó que se observó en la víctima un estado de gran vulnerabilidad subjetiva, caracterizada por sentimientos de tristeza, miedo a las reacciones que el imputado podría tener ante su denuncia, vergüenza, incomodidad, nerviosismo, inseguridad, intimidación, baja autoestima, culpa en relación a lo que esto ha repercutido en su familia. A lo largo del relato se identifica la existencia reiteradas de conductas de hostigamiento por parte del imputado, que han ocurrido dentro del ámbito laboral. A su vez, este vínculo "viene de larga data por lo tanto no responde a una acción puntual o esporádica sino a la repetición o el encadenamiento de las conductas de hostigamiento, muchas con connotación sexual y que percibía como un condicionamiento hostil para su trabajo". Para concluir, la profesional refirió al padecimiento de síntomas que emergieron posteriores al inicio de los hechos de violencia: miedo recurrente, crisis de llanto, ansiedad, pensamientos reiterados en relación a lo vivenciado, conductas evitativas. Se infiere un estado emocional caracterizado por un significativo monto de angustia y miedo.

Calificación y pena

Juan Ramón V. fue acusado por siete hechos calificados como acoso sexual en el ámbito laboral, actos turbatorios agravado en su calidad de funcionario publico e incumplimiento de mandato legal agravado en su calidad de funcionario publico. El uniformado enfrenta una posible pena de 150 días de arresto, la pena máxima que establece el código para este tipo de faltas.

Fuente: Aire de Santa Fe

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