El joven fue a bailar a la Fluvial y desapareció. Dos días después encontraron su cadáver sumergido en el río, justo abajo del boliche. El abogado de la familia denuncia manipulación en la escena del hecho, algo "común" en casos de violencia institucional. NICOLOSSI Y GOMEZ SE DECLARARON SIEMPRE INOCENTES Y SUS ABOGADOS LO AFIRMAN TAMBIEN.
Carlos Orellano tenía 24 años. El último domingo de febrero de 2020 fue a bailar a la Fluvial y desapareció. Dos días después encontraron su cadáver sumergido en el río, justo debajo del boliche Ming River House.
Este lunes comenzarán a ser juzgados por el delito presunto delito de homicidio simple con dolo eventual. Se trata de Fabián Claudio Maidana (54) y Emiliano López (32), agentes de seguridad privada del boliche, y la pareja de policías provinciales que esa noche hizo servicios adicionales Karina Gómez (43) y Gabriel Nicolossi (40), también imputados por incumplimiento de deberes de funcionario público y falsedad ideológica. Todos se encuentran con prisión preventiva y enfrentan pedidos de pena de entre 17 y 19 años de cárcel.
Aseguran que policías imputados en el caso “Orellana” son inocentes
En dialogo con el programa “Cuna de la Noticia Radio” conducido por Antonio Abbatemarco y que se emite a diario por FM Wook 88.3 Mhz de esta ciudad, entrevistó a la Dra. Antonela Travesaro abogada defensora de nuestros camaradas Karina Gómez y Gabriel Nicolossi. Claras e importantes definiciones sobre el caso y las acusaciones a los policías.
En el reportaje la letrada afirmo entre otras cuestiones que “...Carlos “Bocacha” Orellano se cae al río y Gomez y Nicolossi dan aviso a la Prefectura Naval pidiendo ayuda para rescatarlo...” y que luego “...se hizo cargo la PNA del procedimiento en tanto ellos al día siguiente la fiscalía ordena que hacen un acta...”
También aclaro que sus defendidos esta “procesados por supuesto incumplimiento de los deberes de funcionario público y falso testimonio” lo cual los aleja definitivamente de cualquier cuestión con la muerte en si de Orellano.
Según la versión oficial “La ultima vez que se lo ve al joven fue Orellano detrás de la baranda entre la Estacion Fluvial y el río y se cae para no volver a verlo...” y agrega que “...hay testimonios de pescadores lo que quedo demostrado en la reconstrucción del hecho ordenado por la justicia...”
También se refirió a una “...testigo de identidad reservada que finalmente fue denunciada por la fiscalía por falso testimonio luego de la audiencia...”
Para Travesaro “...los abogados de las querellas buscan amarañar la causa” y considero que “…las ultimas declaraciones de los abogados de la querella son graves ya que no hay causa de muerte en la pericia judicial...”
También ante la pregunta del periodista dijo: “...la policía siempre esta en el ojo de la tormenta pero en este caso son total e indubitablemente inocentes...”.
Carta Abierta a la Junta de Linchadores (Por Karina Gómez)
Karina Gómez y Gabriel Nicolossi (foto), ambos TRABAJADORES POLICIALES
"....La continua embestida mediática, la persecución sostenida, la publicación de nuestras fotos por las redes con nombre apellido y dirección bajo el mote de ASESINOS, el encarcelamiento preventivo de mi marido, las amenazas y hostigamiento continuos por parte de personas que se presentan como "cercanos" a la familia Orellano, las promesas de "matar a nuestros hijos" y la angustia mental de esos niños, son algunos de los hechos que me obligan a esta forma de expresión como mujer, madre y trabajadora.
Cerca del primer aniversario de la lamentable muerte de Carlos Orellano se ha motivado un balance de la acción en documentos y discursos, donde lo que los acusadores privados llaman "aciertos" son errores, lo que nunca reconocen como errores son hechos que destruyen su precipitada y antidemocrática forma de humillar, maltratar y criminalizar a gente INOCENTE, y lo que a la prensa SIEMPRE le omiten son hechos certeros que confirman nuestra ajenidad en los sucesos que embolvieron la muerte de Carlos Orellano.
Desde el 23 de febrero de 2020, con la complacencia de ciertos sectores que nunca nos han oido, derrocaron los acusadores particulares y "seriales" -protagonistas de esperpentos mediáticos y grotescos- mandatos tan centrales como la presunción de inocencia, la igualdad ante la ley o la protección jurídica, derechos de los que forman parte, a cuyo desprestigio contribuyen como ejecutores de su política represiva, de criminalización, estigmatización, escarnio público y linchamiento mediático.
Gracias a esa repugnante labor que llevan a cabo en esta y otras causas -en las cuáles no hay debido proceso ni sentencia judicial firme- es que al dia de hoy ni siquiera puedo salir a la calle sin temor de que alguien me trate de "asesina" incluso en presencia de mis hijos. Hago esfuerzos INNUMERABLES para llegar a fin de mes, para visitar a mi marido en una cárcel sucia e infecta en la que purga una detención ilegítima sin ningún sustento mas que la búsqueda por parte de sectores judiciales de "descomprimir" una situación en la cual se nos ha puesto no por ser responsables de delito alguno, sino por el mero hecho de ser TRABAJADORES POLICIALES.
En este sentido nuestras "supuestas conductas sospechosas" no parecen orientarse a buscar la verdad -qué fue lo que le paso a Carlos en el lugar y momento de su muerte- sino solamente a compeler la responsabilidad policial en el evento.
Llegados a este punto, siendo constitucionalmente INOCENTES, y aun habiendo sido blanco de represalias, actos vandálicos, de un linchamiento mediático y un manoseo público exagerado, comprendo que el reclamo social es entendible.
Es fácil para la sociedad creer que haya sido LA policía, pero las causas judiciales no se definen por CREENCIAS sino por PRUEBAS.
Perseguirnos o invadir nuestra vida solo porque somos policías, por nuestra condición, es aplicar el Derecho Penal de Autor.
Ser policías no nos vuelve delincuentes ni culpables.
De este modo lamentablemente se invierten valores democráticos que forman parte de los conceptos mas profundos del Estado de Derecho y se reedita una persecución de clase inaceptable en la evolución democrática de nuestro país.
Invirtiendo ese camino han restaurado los acusadores la corriente de ideas e intereses de minorías derrotadas que traban el desarrollo de las políticas mas amplias de respeto por los derechos básicos del ser humano, que humillan y ultrajan al pueblo en "primeras planas" y disgregan la Nación.
Como mujer y trabajadora policial se lo que es vivir a la sombra de la humillación o el desprestigio dentro de un sistema que, en la faz interna me oprime por ser mujer, y en la faz social/externa me desprecia por ser una trabajadora policial; esta misiva es una manera de romper de una vez por todas esos estereotipos fascistas y antidemocráticos los cuales son bien conocidos y ampliamente utilizados por los acusadores.
Estas son las reflexiones que en el primer aniversario de la lamentablemente muerte de Carlos Orellano he querido hacer llegar a la sociedad en plural, y a los acusadores en particular, sin esperanza de ser escuchada, con la certeza de ser perseguida, pero sabiendo que como derecho básico de expresión y difusión circulará de mano en mano, y quizá será reproducida por periodistas que busquen informar y no CONFORMAR, manteniendo vigente aquella máxima que le valió la VIDA y la MUERTE al gran Rodolfo Walsh cuando decidió mantenerse "fiel al compromiso de dar testimonio en momentos difíciles..."
AMPLIAREMOS
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