24 junio, 2023

CASO CASCO: "No tenemos asesinato, ni tortura, ni desaparición: tenemos un dogma"

El defensor de diez policías dijo que fiscalía y querella acuden a la desaparición forzada por no tener autor. "El autor entonces es toda la comisaría".

"Es mucho más fácil creer que pensar. Con esa idea es que los invito a escuchar este alegato". Así comenzó su ponencia en los Tribunales Federales de Rosario el defensor oficial Martín Gesino, que representa a diez policías que fueron implicados por distintos roles a raíz de la detención de Franco Casco, en octubre de 2014. Su nudo fue algo que vienen planteando otras defensas: que la muerte de Franco como resultado del ejercicio de violencia en la comisaría 7ª y su desaparición forzada "es un hecho inventado por la acusación porque no se sostiene en evidencia". Dijo no obstante que no podía contentarse con decirlo. Que debía demostrar por qué lo decía.

“Los objetivos de este alegato básicamente son dos”, comenzó Gesino. “El primero es demostrar que no se probó la imputación. Nada ha sido probado. Con esto podría terminar porque es responsabilidad de las acusaciones probar lo que imputan. Como no lo han logrado me queda pedir la absolución. Sin embargo quedaría Ramón (padre de Franco) y su familia sin respuesta. Y para la defensa pública es importante que la tengan. Por eso, además de demostrar que las acusaciones no han probado sus extremos, nosotros vamos a probar que no ha existido el hecho acusado y la inocencia de mis asistidos".

Gesino dijo que Franco Ezequiel Casco se fue el 6 de octubre de la casa de su tía en Empalme Graneros. Fue visto por sus primos yendo por Garzón hacia Génova y nada más se supo de él hasta que el 30 de octubre su cuerpo apareció en el kilómetro 418 del río Paraná. "La historia de lo que pasó entre las últimas horas del día 6 y el día 10 o quien sabe hasta el 15 es el desafío más maravilloso que le puede tocar a un abogado en su carrera. Que es probar con las herramientas del Derecho lo contrario a la historia que un Estado quiere imponer como la verdad. ¿Qué pasa cuando mi idea originaria persiste, la someto a prueba y fracaso, pero la sostengo? Lo que ya tengo ni siquiera es una idea. Es un dogma. Para quien cree no hace falta prueba. Para quien cree cualquier prueba contraria es una herejía. Contra eso desde el Derecho tenemos que luchar", afirmó.

Gesino inició su alegato este jueves y continuó hoy. Representa a los policías de la comisaría 7ª Cecilia Contino, Walter Ortiz, Rocío Hernández, Marcelo Guerrero, Romina Díaz, Walter Benítez, Fernando Blanco, Ramón Juárez. Y también a Pablo Síscaro, de Asuntos Internos. El Tribunal lo integran los jueces Ricardo Vázquez, Eugenio Martínez y Otmar Paulucci.

El defensor adujo que para los acusadores hay tres etapas conjeturales de la imputación que sostuvieron durante una década. La primera abarca una supuesta detención el día 6 de Franco Casco, con aplicación de torturas y posterior homicidio, la salida y traslado del cuerpo, el fondeo del mismo. Luego una segunda etapa que es el desvío de las investigaciones y un historial de violencia de la comisaría 7ª. Y finalmente la negativa de brindar información tanto de la familia como al Estado.

Todo eso, en el juicio, se demostró sin sustento, dijo el defensor. El chico se fue de la comisaría, quedó documentada tal cosa, no hay prueba de tortura, ni de cómo se sacó el cuerpo, ni de cómo o cuándo se lo arrojó al río. Y tanto la familia como los funcionarios del Estado fueron avisados de la detención, afirmó Gesino.

"Hay dos diferentes teorías. Hemos trabajado con una versión clásica de ocho años al menos que va desde la instrucción hasta el momento del alegato fiscal. En este momento para el fiscal (Fernando Arrigó) todo cambió. Cambió de circunstancia de tiempo, modo y lugar. La versión uno, clásica, y la dos donde cambia y ya no sostiene el horario de la detención sino que es más tardío. No sostiene el lugar del requerimiento del juicio, la estación Rosario Norte, sino ahora es cercanías de la terminal de ómnibus. Y tampoco se saben quiénes serían los autores".

También señaló que de la salida de Franco de lo de su tía se dieron ocho versiones distintas en el expediente, las que describió, una por una.

No coinciden los horarios, afirmó, con la pretensión de las acusaciones el tiempo que le habría llevado caminar con el recorrido de GPS de los móviles. “¿Por qué estamos hablando de la detención del día 6? ¿Cuándo llega esa información al expediente? Todos asumimos que el día 6 detienen a Franco pero nadie buscó ese dato”, dijo. Allí consignó que quien instaló esa idea que designó como falsa fue el ex defensor general de la provincia Gabriel Ganon.

“¿Como llega el día 6 al expediente? Más que como llega, de la mano de quién llega. El 29 de octubre de 2014, a fin de mes, en una nota a Procuvin (Procuraduría de Violencia Institucional) firmada por Ganon dice que 31 el 8 de octubre el padre de Franco, Ramón Casco, ingresó a la comisaría con una foto de su hijo. Uno de los policías le dijo que lo había detenido el 6 de octubre. Esto lo afirma Ganon a Procuvin. El 31 de octubre Abel Córdoba, de Procuvin, también lo dice. Que al día siguiente, 8 de octubre, entró a la comisaría y que el policía le comentó que a esa persona la habían detenido el 6”.

Pero luego, el 8 de noviembre, "Ramón Casco, declara algo que no se le ha prestado atención. 'Me dijeron que lo habían detenido el 6 a la noche'. Eso lo dice Ramón en persona. Pero en el mismo párrafo arriba dice ‘el 8 vine a Rosario en colectivo. Fui a averiguar a la comisaría 7ª. El único que salió a atendernos fue un policía vestido de civil. Me identifiqué como el padre de Franco Casco y me dijo que no lo conocía y que no sabía nada de él. En eso una mujer contesta '¿no será el de ayer, el que no hablaba…?'. Misma declaración y mismo declarante”, dijo para graficar que "si habló de ayer el 8, el día de detención tenía que ser el 7".

Remarcó además Gesino que no sabían que era Franco Casco el detenido porque éste había dado como apellido Godoy, que es el materno. “El segundo dato que no se puede pasar por alto es que Ramón se fue sabiendo que su hijo había estado allí e incluso bajo otro apellido, el materno”, enfatizó.

Es necesario para sostener la acusación que el día de la detención sea el 6, dijo el defensor. De inmediato reseñó que la teoría de la tortura se instaló a partir de la declaración de algunos presos, de la declaración de personal de la Secretaría de Derechos Humanos y de la perito forense Virginia Creimer, quien sin embargo aceptó al firmar la muerte por causa indeterminada en la autopsia.

“Hay presos que referenciaron haber visto y escuchados torturas vamos a demostrar la poca credibilidad con sus propios testimonios. Hay presos que no dieron cuenta de estos hechos, que han resultado creíbles pero fueron invisibilizados”.

“Y la doctora Creimer que no hizo ningún aporte médico pero dio apreciaciones personales que no tenían que ver con el motivo que fue citada: como perito médica”, afirmó Gesino.

"Lo más importante desde el punto de vista pericial es que no queden marcas de lesiones perimortem tras la tortura descripta. Eso no tiene explicación. Si la brutalidad de palizas descriptas por presos fue tal no puede ser que no queden marcas", completó.

Adujo que sí hay como injurias previas como el estado de la dentadura y las costillas. Y tres autopsias que dan cuenta de total ausencia de lesiones atribuibles a tortura. Mostró fotografías de la zona del maxilar donde “se advierte con total claridad que los faltantes son dos piezas dentales, que llega tarde al expediente, donde se aludió la falta de tres piezas dentales”.

“La primera foto con una ampliación que es el frente de la boca se advierten dos piezas faltantes. Están los mismos en la pericia odontológica. Se insistió en nueve años que faltaron tres. Pedimos una pericia adicional y nos fue denegada”. Aludió al testimonio de los peritos que hablaron de una pérdida antigua y no traumática. Y a maniobras de autopsia que removieron un tercer diente. Con eso quedó descartada, sostuvo, la hipótesis de violencia con signos físicos.

Respecto de las costillas quinta y sexta, dijo Gesino, las lesiones ya existían, eran según la autopsia acciones compatibles con signos reparativos. “Las lesiones ya existían, estaban reparándose y eso pasó mientras estaba en Rosario”.

Pero se insiste, dijo el defensor, en la muerte y en la muerte como causa de las torturas. “La teoría de un homicidio o un asesinato. El resultado muerte de las torturas o de desaparición. La imputación es desaparición forzada con resultado muerte. O tortura con resultado muerte. Siempre el resultado muerte tiene que obedecer a una serie de razones. Para hablar de asesinato necesitamos por lo menos de un autor, un arma o un mecanismo. Las acusaciones trabajaron durante año la hipótesis del golpe con un puño, muerte con patadas o golpes contra la pared. Ya sobre el final la fiscalía cambió la mecánica y utilizó la puesta en escena de Creimer de muerte por asfixia seca sin ningún arraigo probatorio. No sabemos por qué la querella, que sigue con el golpe final y después el silencio profundo, adhieren al planteo del fiscal. Menudo problema le regalan al tribunal. No sé como van a salir de esto.

“Tenemos entonces una persona muerta, no un asesinato, porque médicamente no se demostró un asesinato. Tenemos afirmaciones dogmáticas. Para el dogma no se necesita prueba. No hay un motivo tampoco: lo maté por x motivo. O un motivito. 'Se me fue la mano'. La pregunta es cómo siguen todavía sosteniendo esto. La respuesta es muy sencilla: la figura penal. Desaparición forzada. Entonces no se necesita un autor. Ya tienen treinta autores. Toda la comisaría. No necesita muchos datos. Un cadáver alcanza. Tampoco necesita un motivo ni un dolo específico. Pero les falta algo que es la aquiescencia estatal. La imposibilidad de la víctima de acceder a la Justicia. Y recibieron asesoramiento. Equivocado a mi entender. Y quiero ser muy específico en relación a lo que hizo el doctor Ganon en la causa".

Se refirió al ex defensor provincial para decir que éste, incluso en un video de la televisión estatal, fue quien impuso, a su criterio sin pruebas, que Franco había sido detenido el 6. "Este video realizado por un órgano del Estado procura imponer una versión absolutamente falsa de los hechos. Lo más escandalosamente falso es el doctor Ganon diciendo que Franco estuvo detenido hasta fin de mes (octubre de 2014) en la comisaría", dijo Gesino al concluir la audiencia. El defensor agregó que ese video fue ofrecido por las querellas pero que éstas, para él misteriosamente, luego se opusieron a su difusión en la audiencia, lo que el tribunal terminó autorizando.

"Si nosotros sostenemos, aun dando todas las ventajas de la falta de prueba, esto igualmente es nada más que creer, viene otra etapa, llena de acción: la remoción, el traslado y el fondeo del cuerpo. De eso no nos dieron nada. Silencio absoluto, un blanco total de las acusaciones, de aquellos que pidieron 14 perpetuas", estableció el defensor. "Corte de luz, dijo (el preso Miguel Omar) Noriega, y eso es todo lo que habría facilitado sacar un cuerpo. Pura creación de la fiscalía. El traslado nadie explicó cómo se hizo, con que medios. ¿Y el fondeo? Nada. Sostenido hoy solo por las querellas. Tenemos la teoría de las cuerdas. Nos damos cuenta que las acusaciones necesitan una enorme lista de complicidades. Aquí están expuestas. Las personas debieron prestar su apoyo y su complicidad para que el plan de la acusación pueda fructificar”.

Fuente. La Capital

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