El hecho ocurrió en una dependencia policial de la Unidad Regional V, Departamento Castellanos en diciembre de 2022; el superior que tomó conocimiento del hecho le aconsejó no hacer la denuncia para no tener problemas.
En los últimos días de diciembre de 2022, la suboficial D.A. fue a tomar su guardia en una comisaría de la Unidad Regional V, y lo que parecía iba a ser un día mas en su función de policía, sería el principio de un verdadero caos no solo laboral, sino, en su vida personal hasta el día de hoy.
La suboficial D.A. prestaba servicios en una guardia con otro suboficial, solo eran ellos dos; hacía muy poco que con cambios de guardia terminaron en el mismo turno, algo que puede ser habitual, pero pronto comenzaron a darse situaciones que llamaron poderosamente la atención de la empleada policial.
Según la suboficial, a partir de la segunda guardia, comenzó a notar comportamientos raros de parte del suboficial que compartía el servicio con ella; ya que empezó a manifestarle su admiración con palabras tales como “mi reina”; es decir excediendo los tratos que van más allá de lo laboral y la confianza; lo cual le hizo saber.
Una posterior guardia, su “compañero”, según la victima, se le acercó para decirle algo y le tocó la cintura; la suboficial, le retiró la mano; pero aún así, éste habría insistido con intentar darle un beso en la boca, a lo cual ella le corrió la cara; pero el hombre fue más allá y le apoya el miembro en el muslo derecho.
D.A., intentaba mantener la calma, para tratar de entender lo que estaba ocurriendo, y esperando terminar esa guardia; por eso; ante la acción del suboficial, solo atinó a alejarse y expresarle que lo que hacía no era de su agrado. El agente policial relativizaba la situación, como algo normal.
La noche de la guardia siguiente, no fue fácil para la suboficial D.A., comenzó con gastroenteritis; pero ocurrió algo peor; cuando se disponía a acostar un rato porque realmente estaba muy descompuesta, el suboficial se acuesta a su lado; y la viola; los detalles, los obviamos por resultar innecesarios.
La policía, victima de este grave hecho, contó que ante ello, quedó en shock, comenzó a llorar; se puso mal y quería salir corriendo a denunciarlo; llamó inmediatamente al jefe de la dependencia, el inspector J. B., a quien le dijo de la situaucion, no le mencionó la totalidad del hecho, porque si bien estaba en shock, sentía vergüenza.
En ese momento, el jefe le manifestó que no estaba cerca de la comisaría, y que mandaría a la sub jefa, la subinspector C. F.; la que no hizo absolutamente nada al tomar conocimiento de la boca de la propia victima de los hechos.
La subjefa al enterarse del acoso, no le contó de la violación; minimizó el hecho; y le dijo, “mira si vos denuncias esto te tengo que sacar de la comisaría, y también me van a sacar a mí”. Era un claro amedrantamiento para evitar que el hecho se conozca.
Cuenta la victima que en ese momento, optó por no realizar la denuncia por miedo que la saquen de la comisarías, pero además le pesaba la vergüenza de exponer que había sido violada; más aún, la subjefa la obligó a terminar la guardia; es decir que tuvo que quedarse con el policía violador hasta el otro día en que se fue de franco; ella dice que estaba muy mal, y tuvo que soportar ese nefasto trance.
A la guardia siguiente, el policía que la habría violado, había sido cambiando a otro tercio.
Pasó un tiempo, y la suboficial D.A. decidió realizar la denuncia, ya que se sentía mal reprimiendo lo que le había pasado, o no contarlo por vergüenza; pero además lo que le había ocurrido le afecto la salud, y comenzó con estrés; y luego con problemas en la piel, lo que se conoce como dermatitis atópica, ataques de pánico, insomnio y temblor.
“Me dirigí a la oficina de judiciales y realice dicha denuncia con la esperanza de que se haga justicia y el día de mañana no le pase a nadie más. Quiero aclarar que los únicos q estaban al tanto de esta situación son ambos jefes J. B. y C. F.; y obvio el violador; nadie más.
La denunciante se quejó de las muchas irregularidades que hay en la dependencia donde fue violada, y desde el 28 de abril está con carpeta médica psicológica; mientras que su victimario siguen como si nada; con el apoyo de los jefes de la comisaría.
Cabe consignar que por el hecho interviene la fiscalía a cargo de la Dra. Flavia Burella en la Sección de Violencia de Género, Familiar y Sexual (Gefas) perteneciente a la Unidad Fiscal 5 de Rafaela,
Fuente: UTRAPOL Noticias
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