10 enero, 2025

SANTA FE: Una policía de Coronda perdió el trabajo por sufrir violencia de género y ahora pide volver a la fuerza

Gisela Peri es policía y recibió la baja de la fuerza porque su marido la mantenía incomunicada y encerrada en su casa tras haber pedido licencia por maternidad. Una mujer policía de Coronda reclama poder recuperar el trabajo que perdió por haber sufrido violencia de género por parte de su pareja, quien la mantuvo incomunicada […]

Gisela Peri es policía y recibió la baja de la fuerza porque su marido la mantenía incomunicada y encerrada en su casa tras haber pedido licencia por maternidad.

Una mujer policía de Coronda reclama poder recuperar el trabajo que perdió por haber sufrido violencia de género por parte de su pareja, quien la mantuvo incomunicada y encerrada en su casa tras pedir licencia por maternidad. Gisela Peri dio una entrevista en Ahora Vengo, por AIRE, en la que explicó cómo llegó a recibir la baja de la fuerza. Ahora espera poder volver a trabajar, ya que se encuentra a cargo de sus tres hijos.

Peri se recibió del ISEP en 2010 y solo pudo prestar servicio durante tres años: "En 2013 dejé la fuerza; por razones de maternidad tuve que sacar licencia... a raíz de eso empezó la odisea en mi hogar, con el padre de mis hijos, no me dejaba presentarme a trabajar ni presentar certificados médicos, estaba privada de comunicarme, de expresarme, de todo", comenzó su relato. Gisela sostuvo que "pensé que en la fuerza no tenían interés en mi caso, pero en realidad llegaban cédulas y avisos, las recibía él y no me decía nada. Estuve siete años sufriendo violencia, hasta que en 2018 tomé la decisión, con miedo, y me escapé con mis tres hijos. Me costó…", recordó Peri, que finalmente recibió la baja de la fuerza en 2017 por un supuesto "abandono de servicio", que ella sostiene que no fue tal.

Peri se recibió en 2010 y pudo prestar servicio durante tres años. Luego, con la maternidad, comenzó una odisea de violencia y encierro por parte de su marido hasta que en 2017 recibió la baja por Peri se recibió en 2010 y pudo prestar servicio durante tres años. Luego, con la maternidad, comenzó una odisea de violencia y encierro por parte de su marido hasta que en 2017 recibió la baja por "abandono de servicio". Hoy quiere volver a trabajar.

Violencia de género

La mujer explicó que se escapó del hogar familiar con sus tres hijos, ya que su marido la mantenía encerrada con llave: "Estuve varios meses practicando cómo abrir la puerta sin hacer ruido, pidiéndole a mis hijos que no hagan ruido para que su papá no los escuche porque nos iba a encerrar de vuelta, y yo no podía tolerar que él me encerrara a mi y a mis hijos", relató Gisela. En relación a cómo pudo salir del círculo de violencia en el que se encontraba, Gisela explicó que "fue todo un proceso que hice sola, me ayudé a mi misma, toleré millones de cosas durante el tiempo que intenté escaparme, porque tuve varias oportunidades de hacerlo pero él me encontraba, me amenazada y por proteger a mis hijos volvía. Pero siempre tuve en mi cabeza que me iba a ir, yo no quería ver a mis hijos sufrir, quería que ellos tuvieran una vida normal y bueno, lo logré…", expresó. En relación a esto, la mujer sostuvo que "no hace mucho volví a encontrarme con mis amistades, mi familia en su momento no se metían porque decían que íbamos a volver.. En el fondo tenía apoyo pero necesitaba otro tipo de apoyo, me sentía muy juzgada... Cuando pude escaparme me fui de mis padres, llegué y les dije “esta vez no quiero opinión, solo que me entiendan, no me digan nada, esta vez estoy muy segura de lo que estoy haciendo”, y no me dijeron nada y me dieron lugar en su casa", sostuvo.

Baja por abandono de servicio

En cuanto a cómo llegó a perder el trabajo por la situación de violencia, Gisela explicó que cuando fue mamá estaba trabajando en la Seccional Segunda de Santa Fe; tras los tres meses de licencia por maternidad se reincorporó a su trabajo, y agregó que "necesitaba un permiso para poder amamantar a mi hija porque no tomaba mamadera, y como no me lo dieron, alguien me asesoró mal y me dijo que me pida carpeta psicológica... yo era empleada reciente no recordaba todos los artículos, sé que hay uno que te dan por dos años, habré presentado dos o o tres certificados y a partir de ahí mi pareja no me dejó asistir más a que realice los certificados correspondientes", explicó. Agregó que "yo esperaba por un momento que me hagan una junta médica, cómo se hace, y nunca tuve… no pude volver a la Policía, las notificaciones que recibía no me enteré, sólo me enteré de la notificación en que me daban la baja en noviembre de 2017, y había un párrafo en esa resolución que decían que me habían mandado avisos para volver a trabajar, que habían sido atendidos por un masculino, que no daban nombre ni apellido, pero que era mi marido... yo lo miré en ese momento y le dije 'cómo me podes hacer esto con lo que estamos pasando con tres hijos'”, recordó Gisela. Al recibir esa notificación de la baja, Peri tenía diez días para hacer el reclamo correspondiente: "Y él, sabiendo que iba a hacer eso, me encerró peor, sin poder hacer ningún reclamo y ahí perdí la oportunidad de volver a trabajar", sostuvo. "Me dieron la baja por abandono de servicio, pero yo no abandoné, esperaba las resoluciones que mandaron pero que nunca las recibió porque las interceptaba mi marido", remarcó la mujer.

Gisela pudo escaparse con sus hijos en enero de 2018: "al mes pude retomar el movimiento, pedir ayuda… y no tuve ayuda de ninguna parte. Contraté profesionales que me daban promesas pero no llegaban a nada… pasó el tiempo llegó la pandemia, se cortó todo, quise retomar pero nunca llegue a nada; ahora estoy viviendo en Coronda, la única entrada que tengo es la asignación por hijo, me ayudan un poco mis padres, mis hermanos… me administro como puedo y estamos bien dentro de todo", explicó. "Yo quiero volver a trabajar, no pido nada de arriba... estudié, me recibí, y fue arrebatado mi trabajo por una situación que hoy estoy demostrando cuál fue", sostuvo Gisela. "Hoy por hoy se me fue el miedo, me doy cuenta de lo fuerte que me he hecho, él ya no está en esta localidad, no sé qué es de su vida, no tengo comunicación con él. La jueza me dio el privilegio de tener una medida de distancia de por vida, y hace poco empezó a tomarla en serio", explicó.

Finalmente, Gisela explicó que hizo varios reclamos en la fuerza para retomar su actividad, que envió notas acompañadas por las denuncias que daban cuenta de lo que había sufrido, pero nunca tuvo respuestas: en aquellos años recurrió a la Comisaría de la Mujer de Coronda, a los tribunales de Familia, y se han realizado intervenciones por parte del equipo interdisciplinario del Servicio local de promoción y protección de derechos de la niñez, adolescencia y familia de la municipalidad corondina para otorgarle un botón de alerta atento al peligro que corría.

Fuente: Aire de Santa Fe

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