La noticia sacudió este viernes al ámbito policial bonaerense: falleció el Mayor (R) Raúl Ricardo Andrade, herido en acto de servicio, militante incansable por la dignidad laboral del personal policial y uno de los primeros en apoyar públicamente la causa de la sindicalización en la Policía de la Provincia de Buenos Aires.
Su partida, completamente inesperada, deja un vacío enorme entre compañeros, organizaciones y espacios que durante años encontraron en él no solo experiencia y claridad, sino una voz valiente en tiempos en que hablar de derechos dentro de la fuerza era casi una condena personal.
Un luchador que no se rindió nunca
Raúl Andrade cargaba en el cuerpo y en la memoria las marcas de haber sido herido en servicio, pero jamás permitió que eso se transformara en resentimiento o retiro silencioso. Por el contrario, convirtió su historia en compromiso, y su compromiso en una bandera:
la defensa de los derechos humanos de los policías como trabajadores.
Participó en reuniones, impulsó debates, acompañó a familias, sostuvo a compañeros perseguidos y fue parte activa de la construcción del movimiento por la sindicalización policial, en un tiempo en el que muy pocos se animaban a levantar la voz.
Un ejemplo de dignidad para varias generaciones
Quienes lo conocimos destacamos su coherencia ética, su capacidad de escucha, su firmeza sin estridencias y su convicción de que una institución policial fuerte, democrática y respetuosa de la Constitución sólo es posible si también respeta a quienes la sostienen.
“A Raúl lo identificaba la frase que repetía siempre: ‘El policía también es pueblo’”.
Esa simple idea sintetizaba todo su trabajo público: derechos laborales, reconocimiento profesional, protección social y la convicción de que la seguridad se construye desde la dignidad, no desde el miedo.
Una pérdida que duele y una huella que queda
Su fallecimiento deja un impacto profundo en la familia policial bonaerense y en el movimiento sindical policial a nivel nacional.
Es una pérdida humana, política y moral.
Pero su legado, su ejemplo y su lucha seguirán marcando camino para quienes todavía creen —a pesar de todo— que otra fuerza es posible.
Desde APROPOL y desde la comunidad policial: gracias, Mayor Andrade
Gracias por la valentía.
Por la coherencia.
Por no callarte cuando muchos preferían mirar a otro lado.
Por los que ayudaste, por los que acompañaste y por todo lo que sembraste.
Que descanses en paz, compañero.
Tu lucha sigue.
APROPOL Noticias

