Una trama de amparo a narcos salpica al jefe de la Policía Federal Argentina, Néstor Roncaglia

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Así lo revela una investigación del fiscal federal N° 2 de Santa Fe, Walter Rodríguez, que pidió la indagatoria para el exjefe de la Delegación Santa Fe, Marcelo Lepwalts, tras detectar un histórico mecanismo clandestino de recaudación dentro de la fuerza.

 

El fiscal federal N°2 de Santa Fe, Walter Rodríguez, solicitó al juez Francisco Miño que nuevamente cite a indagatoria al exjefe de la Delegación Santa Fe de la Policía Federal Argentina, Marcelo Lepwalts, tras establecer que el mismo participó de una oscura trama policial que amparaba y lucraba con narcos de la ciudad y cuya recaudación era trasladada presuntamente a otras Delegaciones superiores de la propia fuerza.

En el dictamen al que tuvo acceso Aire Digital, el pedido del representante del Ministerio Público Fiscal también apunta a los subalternos de Lepwalts, muchos de ellos actualmente en prisión preventiva por ayudar a proveedores o vendedores barriales de drogas a eludir investigaciones de la Justicia federal. Se trata de Cristian Pablo Bogetti, Michael Juan Arbildo, Carlos Fernando Gómez Navarro, Darío Alberto Duarte y Lucas Leonel Bustos. Estos dos últimos cuentan además con sanciones del Departamento de Investigaciones Administrativas de la PFA, cuando ambos prestaban servicio en la Delegación Villa María (Córdoba).

En concreto, el fiscal les achaca haber conformado, un mecanismo recaudatorio basado en la obtención de dinero como así también de material estupefaciente de parte de personas vinculadas al tráfico de drogas, mediante interceptaciones de manera sorpresiva o durante la ejecución de medidas judiciales.

Según detectó la pesquisa, los integrantes de la Brigada ocultaron procedimientos de calle a las autoridades judiciales con el fin de recaudar dinero, el cual era distribuido en partes iguales entre los integrantes del grupo. En tanto, si en el procedimiento se secuestraban estupefacientes, una porción se guardaba con el fin de colocarlos en nuevos operativos.

El destape

El 24 de septiembre llegó a la Fiscalía Federal N° 2 un “sobre” que cuestionó el rol que tuvo la Justicia con la Delegación local de la PFA tras ordenar la detención de Lepwalts el 9 de mayo pasado. “Todas las instituciones están manchadas por distintos actos generados por el accionar de personas que deben cumplir con el mandato que baja desde las cúpulas. Es parte del SISTEMA, no hay otra. Quien ocupa un sillón en este país debe pagar por lo que vale este sillón. Quien se niega y no lo hace, se va a su casa (eso es moral)”, sostuvo una parte de aquel escrito.

Ese mismo día, a las 14.40, se comunicó de manera telefónica un hombre que aseguró ser el remitente de dicha nota. Tres horas después se presentó en la Fiscalía y aportó una serie de datos que le posibilitaron, al día siguiente, convertirse en un testigo clave.

Es que el mismo explicó que en la fuerza existía histórico un sistema piramidal que se iniciaba en Santa Fe, alcanzaba Rosario y concluía en la Jefatura Nacional de la fuerza cuya cabeza es Néstor Roncaglia. “Es muy común dentro de lo que se llama la Jefatura de la Delegación Santa Fe, cada Jefe que ocupa el cargo de Delegado, tiene que cumplir con un mandato de sus superiores inmediatos, que es el área con asiento en Rosario, a quienes mensualmente se les debe hacer llegar el denominado “sobre” del cual se sabe que contiene dinero, no así el monto”, sostuvo ese testigo.

“Esta modalidad de recaudación se da en el ámbito de cada área con asiento en distintas ciudades del país. Cada una de ellas tiene jurisdicción sobre aproximadamente siete delegaciones, y cada Delegación tiene la obligación de hacer llegar el llamado “sobre” por lo que el área respectiva recibe una cantidad considerable de dinero”, agregó el testigo.

“Cada “sobre” contiene un monto de dinero determinado de antemano que a medida que va escalando en la estructura policial, en cada estamento queda una parte de dinero del mismo, hasta llegar a un monto que le corresponde al Jefe de Policía, quien actualmente es Roncaglia”, concluyó.

Los “bagallos”

Aquella denuncia inició una pesquisa en la Fiscalía que derivó en el peritaje de uno los teléfonos secuestrados a los agentes policiales que prestaba servicios en la Delegación que fue descabezada en mayo de este año. En ese aparato -un Samsung modelo SM-G930F- que fue peritado por el Organismo de Investigaciones de Santa Fe, se detectó que uno de los uniformados mantenía una serie de contactos por demás de escandalosos.

Así lo evidenció un informe del organismo que señaló que los miembros de la Brigada “obtenían ilegalmente material estupefaciente que no se encontraba formalmente afectado a expediente judicial determinado y lo reservaban para ser utilizado en procedimientos posteriores con el objetivo de “asegurar” el caso y comprometer judicialmente a personas que por algún motivo no fueran funcionales a su sistema”. Tal acción, se denomina en el ámbito policial “bagallear”. Es por esa razón, creen los investigadores, que en el allanamiento de la Policía Federal de Santa Fe, los pesquisas encontraron distintos trozos de estupefacientes sin la correspondiente cadena de custodia.

En esa linea, la investigación también detectó que del celular peritado se extrajeron audios que contenían señalamientos de personas o lugares posiblemente involucrados en actividades de comercialización de droga los cuales habrían sido utilizados por los miembros de la Brigada como “informantes”.

Dinero e inteligencia

El pedido de indagatoria sumó como prueba el dinero recolectado en el interior de la oficina en la que se encontraba Lepwalts hasta que fue destituido de su cargo cuando el juez Miño dispuso que sea detenido por estar involucrado a otra causa similar a la que actualmente apunta el fiscal Rodríguez.

En total, los investigadores secuestraron de una caja fuerte un total de $42.000, que por el momento no pudo ser “vinculada a una partida oficial suministrada por los canales oficiales ni proveniente de las áreas competentes en materia de asignación de recursos de la PFA. No obstante, ello, en dicha caja, también se halló un anotador con la inscripción “Alfa Block”, que según detectaron los pesquisas contenía anotaciones que generaron una fuerte estado de sospecha contra Lepwalts.

 

Fuente: Aire de Santa Fe

APROPOL Noticias

 

 

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