CAUSA ARMADA: "Tendríamos que pedirles perdón en vez de enjuiciarlos"

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En esos términos se expresó el abogado Carlos Racamato al abrir los alegatos de cierre por la defensa de Enrique Rocha, uno de los trabajadores policiales acusados en la causa armada Franco Casco.

 

 

Por Hugo Alvarez (*)

Por su parte el abogado Aníbal Rodríguez también alegó y confirmó varias mentiras de la Fiscalía, adelantó que pedirá la absolución de su defendido Luciano Zorzoli.

La emblemática causa armada por la lamentable muerte de Franco Casco va llegando al fin en la instancia del juicio oral.

En ese orden se iniciaron los alegatos de cierre, momento donde los abogados ordenan toda la prueba frente a los jueces y les dicen de manera clara y precisa que es lo que deben tener en cuenta para dar su sentencia.

Los alegatos de clausura son los últimos argumentos que las contrapartes presentan en un juicio oral, en forma de conclusiones.

Al día de la fecha y más allá de la decisión que tome el Tribunal hay cosas que quedaron claras en este juicio:

1- Un grupo de tareas mixto, integrado por funcionarios públicos y otros que ejercen la abogacía de manera privada armaron una causa defraudando y estafando al poder judicial en perjuicio de la familia Casco y de trabajadores inocentes.

2- La prueba confirmó que se cometieron diversas irregularidades que fueron en contra de la doctrina sentada por la Corte Suprema de Justicia de la Nación en los fallos "Carreras", "Vázquez" y "Nievas".

"Deberíamos pedirles disculpas"

El abogado Carlos Racamato, con un marcado estilo que encendió al Tribunal, fue el primero en alegar de pie ante los jueces y sin leer.

Hasta el momento el Fiscal General Fernando Arrigo, los Defensores de Ramón Casco, Mariano Maciel y Luciano Hazan, así como el Dr. Guillermo Campana, querellante por la hermana de Franco, habían realizado sus alegatos leyendo durante cuatro horas, en un acto procesal que fue muy difícil de seguir ante la mecánica robótica, repetitiva y poco fresca.

Racamato miró al Tribunal y les dijo "acá se habló de un pacto de silencio ¿Quién se va a exponer gratuitamente a ser condenado a cadena perpetua si no tuvo participación alguna en un supuesto hecho tan aberrante? esto no funciona así señorías, aquí la prueba confirma que estás personas son inocentes, no se las puede seguir presumiendo culpables únicamente con especulaciones".

De la misma manera disparó de forma certera "acá mismo vimos un vídeo donde se lo ve a Franco Casco caminando en libertad luego de irse de la comisaría, sus familiares no lo quieren reconocer pero distintas pericias lo confirmaron".

Siguiendo esa idea se lamentó por la suerte de Franco y afirmó "por supuesto que nos duele no saber en qué circunstancias murió Casco, pero ¿Qué le vamos a pedir a sus familiares? Que vengan acá y digan 'si ese es mí hijo' no señores jueces se habría terminado el juicio en ese momento".

Racamato introdujo de esta forma algo sabido por el Tribunal y por gran parte del poder judicial: a la familia de Franco el tener que sostener está acusación les viene impuesto desde muy arriba.

"Miente, miente que algo quedará"

El abogado Aníbal Rodríguez -al igual que Racamato- marcó la diferencia que la defensa está llevando con la acusación, alegando de pie, sin leer y poniendo de manifiesto una serie de evidencias que los jueces no pasaron por alto.

Así confirmó "en esta audiencia se expuso que Franco había perdido los dientes en vida y de forma traumática pero hubo distintos informes que confirmaron que esos dientes se habían perdido post mortem y que no hubo golpes sobre su boca".

En sentido de la prueba desechada por los acusadores afirmó ante el tribunal, "pasaron 280 testigos, pero la Fiscalía y querella se hicieron eco de 27 de ellos, los detenidos de la comisaría y la Dra. Creimer".

Este argumento puso el acento sobre cómo funcionó durante todo el proceso el discurso de la acusación, toda evidencia que confirmase que Franco Casco no había sido detenido de manera ilegítima o había sido golpeado en la comisaría séptima fue automáticamente desechada por la acusación y ocultada a la familia de Franco.

Lucha y reivindicación

La causa armada Casco dejó en la sociedad Santafesina una huella imborrable. Por un lado mostró la fiereza con la que el Estado puede realizar un amplio movimiento de recursos en la persecución penal contra personas acusadas de un delito, y como estás -aunque cuenten con innumerables pruebas- deben soportar esa persecución sin siquiera poder valerse del único mecanismo que compense esa diferencia abismal: la presunción de inocencia.

Por otro lado, dejó al descubierto como una falsa denuncia y una causa armada le niega justicia a la familia de las víctimas y como se les arruina la vida gratuitamente a los investigados.

La lucha por lograr una sentencia de absolución que ponga de una vez por todas fin a la incertidumbre que sufren los acusados hace casi diez años va llegando a su fin, la lucha por erradicar las falsas denuncias, las causas armadas y las condenas erróneas recién comienza.

(*) Presidente de la Asociación Civil Inocente Colectivo

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