El pasado miércoles, con la presencia de más de 300 invitados, quedó inaugurada la sede de la Fundación de la Familia Policial de la Ciudad de Buenos Aires. Analizamos sus implicancias y objetivos reales no confesados.
Por Alberto Martínez (*)
La inauguración que fue mucho más que un acto solidario
Lo que a simple vista pareció ser un gesto noble —brindar asistencia integral a los policías, bomberos y sus familias—, en realidad esconde un entramado de poder, control y estrategia política de largo alcance.
La Fundación no es sólo una obra de beneficencia: es un nuevo engranaje del dispositivo de control institucional sobre la fuerza policial, una jugada que mezcla solidaridad, marketing político y previsión estratégica.
¿Quiénes estuvieron y qué significa su presencia?
La lista de invitados a la inauguración no fue casual, ni protocolar. Entre los asistentes de peso figuraron:
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Genoveva Ferrero, presidenta de la Fundación, ex funcionaria del macrismo.
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Pedro Potocar, vicepresidente, primer jefe de la Policía de la Ciudad.
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Jorge Macri, jefe de Gobierno porteño.
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Martín Lousteau, senador nacional.
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Diego Santilli, diputado nacional.
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Marcela Losardo, exministra de Justicia.
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Daniel Angelici, operador político y empresario judicial.
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Juan Bautista Mahiques, fiscal general de CABA y rector de la Universidad de Seguridad Pública.
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Marcelo D’Alessandro, exministro de Seguridad de la Ciudad.
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Milo Lockett, artista plástico que donó un mural a la sede.
- Mario Montoto, el “zar” de los negocios de seguridad en Argentina, ex militante montonero devenido empresario del establishment.
Cada nombre aporta una pieza clave en el rompecabezas de poder: política, justicia, seguridad, empresa privada, cultura y negocios. La gran mayoría de ellos son miembros o están vinculados RAP (Red de Acción Política) que es, formalmente, una asociación civil argentina que nuclea dirigentes políticos, empresarios y profesionales. Fue creada en 2001 como «espacio de diálogo» para «fortalecer la democracia», pero —y esto es lo que importa— tiene fuerte financiamiento y relaciones con agencias de EE.UU., fundaciones internacionales y ONGs globalistas (tipo NED, USAID, Open Society).
El rol silencioso pero decisivo de Mario Montoto
Aunque no aparece en las fotos oficiales ni en los comunicados de prensa, Mario Montoto estuvo presente en la inauguración, y su sola participación cambia radicalmente la lectura del evento.
¿Quién es Mario Montoto?
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Ex-montonero en los años 70, enrolado en la organización guerrillera más poderosa de la época.
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Reconverso tras la dictadura, tejió lazos sólidos con sectores militares, políticos y empresariales, especializándose en tender puentes entre mundos históricamente enfrentados.
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Empresario influyente en el rubro de la seguridad pública y privada: cámaras de videovigilancia, armas no letales, software de control, asesorías estratégicas.
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Presidente de la Cámara de Comercio Argentino-Israelí, una de las organizaciones que más promueve negocios en tecnología de defensa y seguridad en América Latina.
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Amigo personal de varios referentes del PRO —como Mauricio Macri y Diego Santilli— y del peronismo federal, mostrando su habilidad camaleónica para adaptarse a distintos signos políticos.
Montoto ha manejado o asesorado a empresas como Global View y Codesur, protagonistas de contrataciones millonarias con distintos gobiernos locales, especialmente en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y en la provincia de Buenos Aires.
Montoto es el «zar» de la seguridad privada y semi-estatal en Argentina.
Un auténtico «hombre de poder silencioso», especialista en tejer negocios en la intersección entre Estado, fuerzas de seguridad y empresas privadas.
¿Qué significa que Montoto esté en esta inauguración?
Su presencia implica mucho más que un gesto simbólico o un apoyo filantrópico.
Implica que:
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Existe un vínculo directo entre esta Fundación y el negocio de la seguridad: cámaras, sistemas de vigilancia, equipamiento, software, asistencia médica, seguros de vida y salud.
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La Fundación puede convertirse en una plataforma privilegiada para la gestión de convenios, compras o contrataciones de servicios para el personal policial y sus familias, amparada en la sensibilidad social que genera «cuidar a quienes nos cuidan».
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Se consolida una alianza entre política, gestión de seguridad y negocios privados, utilizando como escudo la imagen humanitaria de la Fundación.
Una receta tan vieja como efectiva: filantropía para las fotos, negocios para el detrás de escena.
¿Cómo hay que interpretar todo esto?
Te lo diría así, con humor filoso, pero también con una advertencia clásica:
«En el mundo de la seguridad, cuando ves a un Montoto acercarse, no es porque haya olor a pólvora. Hay olor a contrato.»
Su presencia revela que no estamos simplemente ante una iniciativa solidaria o de responsabilidad institucional, sino ante una gran jugada de consolidación de poder, negocios y control institucional dentro de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires.
Cuidar al personal es correcto, necesario y justo.
Pero no podemos olvidar que, bajo el paraguas del cuidado, también se cuidan los intereses de quienes hacen negocios —y negocios muy grandes— alrededor de la seguridad pública.
Mauricio Macri: el gran ausente que está en todos lados
Aunque Mauricio Macri no estuvo físicamente presente, su influencia es omnipresente en este armado.
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Los principales organizadores son cuadros macristas de la primera hora.
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La estrategia responde a la vieja obsesión de Macri: controlar el orden público construyendo redes de fidelización por fuera del aparato estatal clásico.
La Fundación es, en esencia, una prolongación del proyecto macrista: crear poder real, lealtades y estructuras de control social autónomas, bajo un discurso de modernización y cuidado humano.
Patricia Bullrich: la tía famosa que no invitaron a la boda
La gran ausente política fue Patricia Bullrich, exministra de Seguridad y actual ministra en el gobierno libertario.
Bullrich, que durante años monopolizó el discurso de orden y seguridad, hoy queda desplazada.
La Fundación marca un nuevo paradigma: el discurso de “proteger al policía” ya no le pertenece sólo a ella.
Mientras Bullrich juega un juego nacional riesgoso de la mano de Javier Milei, el PRO porteño consolida su propio relato y su propio aparato de contención institucional, sin ella.
La verdadera función de la Fundación: un freno elegante a la sindicalización policial
Más allá de los gestos emotivos, la Fundación tiene una función política concreta y deliberada: impedir el avance de cualquier intento de sindicalización en la Policía de la Ciudad.
Las 5 funciones ocultas de la Fundación de la Familia Policial
N° | Función Oculta | Explicación | Resultado Práctico |
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1 | Inteligencia social encubierta | Recopilan información emocional, económica y familiar de los policías bajo el pretexto de la asistencia. | Mapeo total de las vulnerabilidades y potenciales liderazgos. |
2 | Contención preventiva contra sindicalización | Transforman reclamos colectivos en ayudas individuales, debilitando la conciencia gremial. | Aislamiento de cualquier intento de organización sindical real. |
3 | Construcción de poder paralelo | La Fundación actúa como red propia del PRO/macrismo, por fuera del aparato estatal formal. | Base de poder político, social y económico autónoma. |
4 | Blindaje jurídico y mediático | Frente a críticas o reclamos judiciales, muestran la Fundación como prueba de «protección y cuidado». | Desactivan cuestionamientos legales y mediáticos antes de que nazcan. |
5 | Neutralización de líderes naturales | Captan a los policías más carismáticos ofreciéndoles cargos en la estructura de asistencia. | Cooptación de referentes, debilitamiento de liderazgos sindicales autónomos. |
En lugar de:
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Reconocer derechos colectivos.
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Promover negociaciones paritarias.
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Fomentar representación democrática.
La Fundación ofrece:
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Asistencia psicológica.
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Ayuda económica.
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Apoyo familiar.
Todo administrado verticalmente, todo supeditado a la buena voluntad política del gobierno de turno.
El trabajador policial no es tratado como tal, sino como parte de una familia que debe gratitud y fidelidad. «No reclames como trabajador; agradece como hijo protegido.»
Las funciones ocultas: el verdadero corazón de la jugada
La Fundación cumple al menos cinco funciones esenciales de poder, más allá de la asistencia humanitaria:
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Inteligencia social encubierta:
Recopilan datos sensibles sobre la vida privada de los policías y sus familias. -
Contención preventiva contra sindicalización:
Neutralizan los reclamos colectivos mediante ayudas individuales emocionales. -
Construcción de poder paralelo:
Crean una red propia de gestión de lealtades por fuera de los canales estatales formales. -
Blindaje jurídico y mediático:
Preparan la defensa ante eventuales reclamos judiciales o cuestionamientos públicos. -
Neutralización de líderes naturales:
Cooptan a los referentes potenciales antes de que se organicen gremialmente.
Lo que parece ayuda solidaria, en realidad es control emocional estratégico.
El rol silencioso pero decisivo de Mario Montoto
La presencia de Montoto entre bambalinas es uno de los indicios más claros de la dimensión económica de la jugada.
Montoto, con sus redes de seguridad privada, su relación con Israel y sus contratos millonarios, no acompaña movidas solidarias sin un horizonte de negocios en el radar.
La Fundación podría convertirse en el futuro:
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En un canal de financiamiento indirecto.
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En una plataforma para negocios de asistencia, seguridad, infraestructura tecnológica, y hasta seguros.
Conclusión: ¿solidaridad o control?
La Fundación de la Familia Policial es, en apariencia, una iniciativa loable. Pero en el fondo, es una maquinaria de poder sofisticada, preventiva y blindada.
No habrá sindicalización real mientras el modelo asistencialista-corporativo funcione.
No habrá reclamos organizados mientras las necesidades sean satisfechas bajo el manto emotivo de la «familia».
Como nos enseñaron los grandes maestros del pensamiento político:
«Cuando el poder no puede imponer por la fuerza, seduce mediante el afecto controlado.»
La seguridad pública no se construye solo con balas, patrulleros o psicólogos.
Se construye respetando la dignidad plena de quienes día a día arriesgan su vida para cuidarnos.
Y esa dignidad empieza reconociéndolos, no como “miembros de una familia agradecida”, sino como trabajadores esenciales con derechos plenos.
Las implicancias geopolíticas. Mucho más que asistencia local
La creación y despliegue de la Fundación de la Familia Policial no puede analizarse sólo en términos internos o asistenciales. Tiene implicancias geopolíticas profundas para la soberanía argentina.
Al instalar redes de asistencia, contención y fidelización emocional dentro de las fuerzas de seguridad locales —y al mismo tiempo, abrir canales de influencia para empresas y tecnologías extranjeras vinculadas a intereses estratégicos de Estados Unidos e Israel— se siembra la base de una nueva dependencia silenciosa.
Esta dependencia no necesita bases militares ni invasiones: se construye afectando las lógicas internas de mando, la formación ideológica y operativa, y la capacidad de decisión autónoma de nuestras instituciones de seguridad.
La soberanía no se pierde de un día para el otro: se va filtrando, amablemente, entre gestos solidarios, convenios de capacitación y “donaciones” de tecnología.
Entender este proceso es vital para quien defienda una Patria justa, libre y soberana.
En la próxima entrega, analizaremos en detalle cómo operan hoy los dispositivos de inteligencia norteamericanos e israelíes sobre fuerzas locales en América Latina, y qué modelos de seguridad buscan instalar para controlar políticamente a las sociedades del futuro.
¡Quien quiera oir que oiga!
(*) Periodista. Licenciado en Seguridad Pública. Especialista en seguridad y derechos laborales de los trabajadores policiales y penitenciarios.
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Crédito imágenes y gentileza de Infobae
(Adelanto de la próxima entrega)
«La nueva colonización: del dólar al algoritmo, del soldado al policía emocionalmente capturado.»
Exploraremos:
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Cómo funcionan los nuevos programas de “cooperación en seguridad”.
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Cómo se infiltran intereses extranjeros en las fuerzas nacionales.
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Qué alternativas de resistencia existen en el siglo XXI para preservar la autonomía en seguridad.
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