Liderazgo que espanta

En distintas organizaciones, tanto públicas como privadas, he observado una conducta que suele pasar desapercibida, pero que revela mucho sobre el tipo de liderazgo vigente: trabajadores que evitan saludar a sus superiores, desvían la mirada, cambian de pasillo o hasta modifican su recorrido con tal de no cruzarse con su jefe o jefa .

Por el Lic. Alejandro Gabriel Lopez (*)

Este tipo de liderazgo genera un impacto profundo, que trasciende lo laboral: condiciona el clima organizacional, debilita la confianza y reduce el compromiso.

Un jefe que provoca evasión, incluso fuera del ámbito de trabajo, no lidera: intimida.
Recuerdo el caso de un empleado que me contó cómo intentó esconderse en un supermercado al ver entrar a su jefe. Otros compartieron frases como:

“Mirá quién está… yo me voy.”

“Justo este… me hago el distraído mirando el celular.”

“No te puedo creer… mejor cruzo de calle.”

Este tipo de reacciones son señales claras de un liderazgo que no conecta, que no inspira, y que, con el tiempo, fractura vínculos y desgasta equipos.

Porque liderar no es imponer, es inspirar.

Es estar presente sin generar miedo.

Es construir relaciones basadas en el respeto mutuo, donde las personas se sientan seguras para expresar ideas, señalar errores y proponer mejoras.

Si sos jefe y notás que la gente te evita, tomalo como una señal.

Activá tu pensamiento crítico y preguntate: ¿Qué parte de mi estilo no estoy viendo? ¿Qué puedo mejorar?

Y si simplemente no te interesa, preparate: vendrán las fallas, la rotación de personal y el quiebre de la confianza.

La verdadera autoridad se ejerce con empatía, escucha activa y coherencia.
Porque el liderazgo que transforma es el que se gana, no el que se impone.

Gracias por seguirme, eso me motiva para seguir poniendo contenido.Liderazgo que espanta

(*) Conferencista | Escritor | CEO Desarrollo Organizacional AGL

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