La historia se repite: denuncias internas, jefes que recaudan, subordinados perseguidos y una estructura que protege al poderoso. ¿Hasta cuándo la impunidad?
Por Alberto Martínez (*)
Un patrón que se repite
El pasado viernes, la Dirección de Asuntos Internos secuestró los libros de servicio de la Brigada Motorizada de la Unidad Regional I de la Policía de Santa Fe. Según denuncias internas, el actual jefe de la brigada, Subcomisario Cristian O., estaría anotando como cumplidas horas de servicio que en realidad no se realizan, favoreciendo a un círculo de allegados y subordinados leales.
El caso más grave tiene como escenario el servicio ferroviario, donde se asignan cuatro motoristas, pero solo dos cumplen tareas. Los otros dos figuran como presentes, pero no trabajan: «el jefe se los anota a sus amigos», afirman fuentes dentro de la fuerza. Cuando se lo increpó por estas prácticas, Cristian O. respondió sin pudor: «tengo que pagar la cuota de mi auto nuevo». La declaración es tan brutal como el silencio que la sigue.
Una Brigada marcada por la corrupción
No es la primera vez que la Brigada Motorizada queda en el ojo del huracán. En 2022, fueron condenados el exjefe Marco Antonio Nievas y el subjefe Marcelo José Maldonado por defraudación con las horas OSPE y SPA. Junto a ellos, un escribiente y otros 33 policías estuvieron involucrados en maniobras donde se superponían servicios, se cobraban horas durante licencias e incluso se les exigía a los subordinados que entregaran la mitad de su salario a los jefes.
Más de 1.150.000 pesos fueron recuperados por el Estado, en lo que fue considerado uno de los mayores escándalos de corrupción dentro de una unidad operativa.
¿Qué aprendimos desde entonces? Nada.
El actual caso de Cristian O. muestra que los esquemas de recaudación siguen vivos, amparados por una lógica institucional donde el que denuncia es el que termina aislado. Y cuando los casos escalan, las sanciones se pactan en condenas condicionales, sin prisión efectiva, sin exoneraciones, sin memoria.
La sombra de Pablo Cejas
¿Cómo olvidar a Pablo Cejas, el cabo que denunció en 2015 los vínculos entre la policía santafesina y el narcotráfico? Fue baleado, amenazado, perseguido, y finalmente asesinado en 2017 con 19 disparos.
Antes de morir, lo dijo claro: «Yo nunca voy a transar con el narcotráfico y por eso me balearon». Su historia no fue la excepción. Fue la advertencia que nadie quiso escuchar.
El MPA y su reflejo condicionado
La Unidad Fiscal Especial de Delitos Complejos fue creada para investigar estos casos. Pero cuando se denunció al propio fiscal regional Carlos Arietti y al entonces ministro Maximiliano Pullaro por intentar manipular escuchas y concursos internos, la causa fue archivada en tiempo récord: menos de una semana.
Hoy, quienes se animaron a denunciar, como los fiscales Martí y Apullán, están lejos del centro de decisión. Exiliados administrativos. El mensaje es claro: no conviene hablar.
Exigimos justicia real y reformas profundas
Desde APROPOL y la FASIPP sostenemos que estas situaciones no se resuelven con operativos mediáticos ni traslados simbólicos. Hace falta:
-
Investigación inmediata de las nuevas denuncias contra Cristian O.
-
Juicios orales públicos para todos los involucrados.
-
Publicación del resultado de las auditorías internas.
-
Protección efectiva para los denunciantes.
-
Reforma estructural del sistema de horas OSPE y adicionales.
El dinero que se roba en estas maniobras es el que falta en móviles, chalecos, formación y salario digno. Es el que cuesta vidas. La seguridad no puede ser rehén de una corporación que se protege a sí misma, mientras castiga al que denuncia.
«Imposible olvidar la causa de las OSPE»: el pueblo también habla
Mientras los expedientes se archivan y las causas se enfrían, las redes sociales se transforman en el archivo vivo de la memoria colectiva. Años después del escándalo por la defraudación con horas OSPE, muchas voces siguen recordando —con nombre y apellido— cómo se protegió a los responsables y se castigó a quienes denunciaron.
«En 300 hs de escuchas surgió una conversación entre comisarios y el fiscal regional Arietti, en la que preguntaban cómo robarse los CDs de escuchas del MPA. Pullaro también aparece pidiendo que no se preocupe un comisario porque ‘ellos preparaban las preguntas del concurso’» —escribió Marcos Barceló, en una publicación que aún circula entre policías y expolicías.
«Los fiscales Martí y Apullán fueron los únicos que se animaron a investigar. Por denunciar, terminaron en el destierro. Y las denuncias contra Arietti y Pullaro fueron archivadas en menos de siete días.»
La indignación no es nueva. La sensación de impunidad es estructural. Como dijo otro usuario:
«La policía está podrida desde la cabeza. El cambio debe empezar desde arriba.» —Jorge González
«Basta de tomar personas sin responsabilidad que deben prevenir el delito. Si no son capaces, elijan otro oficio.» —Mario Rubén Litterio
«Espero que a estos malandras los exoneren. No pueden seguir usando uniforme.» —Azucena Blanche
«Ya están condenados, pero libres, porque las penas son condicionales. Así no hay justicia.» —Daniel Soler
🛑 Que la historia de Pablo Cejas no se repita. Exigimos acción, no excusas.
(*) Periodista. Licenciado en Seguridad Pública. Especialista en justicia y derechos laborales de los trabajadores policiales y penitenciarios.
Facebook: Temática Seguridad
Llinkedin: Martínez Alberto Rubén
APROPOL Noticias
#APROPOL #FASIPP #FRECUENCIAZUL #CorrupcionPolicial #PabloCejas #HorasOSPE #PoliciaSantaFe #MPA #DelitosComplejos
APROPOL, Frecuencia Azul, Brigada Motorizada, Policía Santa Fe, corrupción policial, horas OSPE, Pablo Cejas, denuncia interna, justicia policial.