En la Sección Perros de Santa Fe, parece que algunos se están olvidando que adiestrar no es atropellar.
Según datos que llegaron a Radar Gremial, los instructores de la unidad —entre ellos el inspector Z. y los subinspectores O. y P.— entregaron más de 10 pases de destino perjudicando a compañeros sin motivos claros, afectándoles el bolsillo y la organización familiar.
Como si fuera poco, lanzaron un curso básico de guía canino que ya dejó fuera de combate a la mitad de los cursantes, sin mayores explicaciones. Todo suena a que la baraja ya estaba marcada: los que pertenecen a la Sección se quedan, los demás… afuera.
En el medio, un cursante terminó con costillas fracturadas y otro con los dedos rotos. Casi un adiestramiento medieval.
Tampoco faltan los detalles tragicómicos: usan gases que terminan invadiendo los barrios vecinos, se pasean con uniformes no autorizados, y para completar el cuadro, hay denuncias de desaparición de alimentos para los perros, además del uso indebido de los canes para cría privada.
Todo esto, bajo el mismo viejo libreto: autoridades que prefieren mirar para otro lado, no sea cosa que los perros les muerdan el relato.
En Radar Gremial, levantamos la oreja y damos aviso: estos desmanejos no son anécdotas. Son señales. Porque en la seguridad pública, hasta lo pequeño importa. Y mucho.
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