En este nuevo 1° de mayo, desde la FASIPP levantamos nuestra voz con respeto, firmeza y profundo sentido de pertenencia para rendir homenaje a cada trabajador y trabajadora que, desde el anonimato o desde la primera línea, contribuye día tras día a sostener el tejido de nuestra patria.
Por Luis Alberto Miranda (*)
Pero hoy, especialmente, nos dirigimos a quienes abrazaron el uniforme como una forma de vida. A hombres y mujeres que eligieron, no el camino más fácil, sino el más comprometido: defender a la sociedad, aún a costa de sus propias vidas.
Ser policía o penitenciario es ser trabajador de un servicio esencial, crítico y riesgoso.
No se trata solo de hacer cumplir la ley. Se trata de enfrentar el delito, la violencia, la miseria humana y la injusticia con valor, con ética y con humanidad. Somos trabajadores, no autómatas. Somos seres humanos, no mercancías.
Hoy alzamos la voz, no solo para celebrar, sino también para denunciar:
- Que el Gobierno de la Provincia de Buenos Aires y otros gobiernos provinciales han incumplido su deber de proteger a quienes protegen. Hoy, con profunda indignación, denunciamos que el Gobierno de la Provincia de Buenos Aires ha abandonado a quienes arriesgan su vida por todos.
- Cada policía caído es una tragedia evitable, una herida abierta en el corazón de nuestra patria. Los accidentes y las bajas aumentan, y con ellos crece la urgencia de detener esta auténtica matanza.
- Que el número de policías muertos o lesionados no deja de crecer.
- Que la criminalización de la protesta policial es una afrenta a la democracia y a los derechos humanos.
- Que se sigue negando a nuestros trabajadores el derecho a igual salario por igual tarea (Art. 14 bis CN), y se siguen postergando las discusiones salariales justas y las condiciones laborales dignas.
Nuestro reclamo no es un privilegio, es justicia:
- Libertad sindical real, con reconocimiento efectivo de nuestras organizaciones, conforme a los Convenios 87 y 98 de la OIT.
- Fin del trabajo precarizado y de los recargos sin pago de horas extras.
- Comités Mixtos de Salud y Seguridad Laboral como herramienta de protección efectiva.
- No al aumento de la edad de retiro en una tarea que desgasta física y psicológicamente.
- Acceso universal a asistencia médica, cobertura por lesiones en acto de servicio, y contención a las familias.
A los gobiernos les decimos: el cumplimiento de las normas internacionales no es optativo.
Lo exigen la OIT, lo impone la Opinión Consultiva 27/21 de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, y lo reclama nuestra historia. Los párrafos 76 y 77 de la OC27/21 son categóricos: todos los trabajadores, incluso los uniformados, tienen derecho a la libertad sindical.
A nuestros compañeros y compañeras en todo el país, activos y retirados, les decimos:
la lucha es colectiva, no individual.
La organización sindical es el único camino para defendernos de gobiernos que han hecho del olvido una política sistemática.
Somos clase trabajadora y debemos actuar como tal: con solidaridad, conciencia y unidad.
A las familias de quienes murieron en acto de servicio, les extendemos nuestro eterno agradecimiento, nuestro respeto y nuestro abrazo más profundo. Ellos no murieron en vano: su legado nos obliga a seguir luchando por un presente más justo y un futuro más digno.
A la sociedad toda, le pedimos que mire más allá del uniforme. Que vea al ser humano que lo porta. Al trabajador. Al padre, a la madre, al hijo y al hermano que cuida de ustedes mientras ustedes duermen.
Hoy, y siempre, reafirmamos que nadie se salva solo.
- Que no hay seguridad sin justicia social.
- Que no hay justicia sin derechos laborales.
- Y que no hay derechos, sin organización, sin lucha y sin memoria.
A todos los que eligieron el uniforme como una forma de servir a sus semejantes, a todos los que hacen del trabajo un acto de amor y dignidad, les decimos hoy: ¡adelante, compañeros y compañeras! La historia no se detiene. Y nosotros, tampoco.
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¡Feliz Día del Trabajador!
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(*) Licenciado en Seguridad Pública. Secretario General de la Federación Argentina de Sindicatos Policiales y Penitenciarios (FASIPP) y de la Confederación de Trabajadores Policiales y Penitenciarios de Latinoamérica (CTPPL)
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