Cuando la vida tiene varios precios

Por Miguel Zalazar

Cuando ocurren hechos delictivos, como está pasando en Rosario, no solo los medios se hacen eco de estos, sino que rápidamente salen los funcionarios a ensayar discursos para disuadir la información, cuando no se ven cercados y relevan a un jefe, con promesas de más efectivos policiales, mas móviles, nuevas planificaciones; que no es otra que sacar personal policial de un lado y llevarlo a otro; como se dice comúnmente, desvestir un santo para vestir otro.

En las ultimas setenta y dos horas, delincuentes en moto, dispararon contra edificios policiales, algo que podría hacerse una costumbre si no hay respuestas contundentes de parte de la justicia y del gobierno. Esto no se trata de solo poner de escudo a policías, muchas veces sin chalecos para que los maten; acá hay que tomar decisiones concretas.

El silencio oficial, pone a pensar a varios, como hubo una reacción rápida, y con fueras nacionales ante el ataque a balazos del Centro de Justicia Penal en Rosario; y no paso lo mismo para con una comisaría. Acaso la vida de un fiscal tiene mayor valor que la de un policía; en los hechos esta claro que así parece.

No quiero yo tener que educar a los funcionarios, pero deberían saber ellos que donde no hay respeto por los derechos humanos, no hay confianza en la autoridad. Donde no hay confianza en la autoridad, no puede haber seguridad pública. Los integrantes de los cuerpos de policía tienen los mismos derechos que todos los habitantes.

Las normas internacionales de trabajo protegen derechos humanos específicos, como los derechos laborales y la seguridad social. Por ello, se encuentran directamente relacionadas con la situación de los policías. En líneas generales, se puede señalar que los derechos de los policías, militares y sus familiares se encuentran protegidos por tratados internacionales de derechos humanos y por normas internacionales de trabajo.

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) es la agencia tripartita de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), y convoca a gobiernos, empleadores y trabajadores de sus Estados miembros, con el propósito de emprender acciones conjuntas destinadas a promover el trabajo decente en el mundo, entre otros modos, elaborando normas internacionales de trabajo; en Argentina esto no existe.

Los policías están para proteger a todos los ciudadanos, incluso entre ellos mismos; no se puede actuar con indiferencia, o no hacerlo directamente, porque, “TOTAL ES UN POLICIA”. Rosario es una ciudad difícil, está violenta; no les demos más argumentos a los delincuentes, como no dar una respuesta institucional contundente desde el gobierno, porque iremos por más riesgos.

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