La Constitución de una provincia no es una hoja de ruta partidaria. Es el pacto fundante de una sociedad, el contrato político que define cómo se organiza el poder, cómo se garantiza la justicia y cómo se protegen los derechos de los ciudadanos.
Por Alberto Martínez (*)
Por eso, una reforma constitucional exige legitimidad de origen, es decir, respaldo popular, participación real y construcción colectiva.
Nada de eso ocurrió en Santa Fe.
Con los datos definitivos del escrutinio provisorio —y más allá de que el oficialismo se haya impuesto en votos con escaso margen numérico—, la reforma constitucional impulsada por el gobernador Maximiliano Pullaro carece de legitimidad política y social. Nació apurada, fue impuesta sin diálogo y quedó herida por un rechazo silencioso que se expresó en las urnas.
Los números que desnudan la ilegitimidad
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Participación total: 58,02% (la más baja en décadas para una elección institucional)
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Voto afirmativo al oficialismo: 36,34% (Pullaro había obtenido 58,47% en 2023)
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Caída de votos: más de 440.000 personas dejaron de votarlo
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Votos blancos, nulos o ausentes: más del 40% del padrón
¿Puede alguien afirmar con seriedad que una reforma de semejante envergadura cuenta con el respaldo del pueblo?
¿Dónde está el mandato democrático?
¿Dónde está la construcción colectiva de esta decisión histórica?
Una convocatoria exprés que violó el espíritu constituyente
La Ley N.º 14.384 fue aprobada en febrero de 2025. En menos de dos meses, se cerraron listas, se impuso el cronograma electoral, se distribuyeron boletas y se llamó a votar. Todo sin:
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Consulta pública ni plebiscito previo
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Foros institucionales abiertos
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Debate legislativo profundo
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Información clara a la ciudadanía
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Instancias de formación constitucional
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Participación popular real
La convocatoria fue una maniobra apresurada, impulsada desde el Ejecutivo y ejecutada con una lógica electoralista, sin deliberación democrática. Una «reforma exprés», disfrazada de modernización institucional, cuyo único objetivo era —y sigue siendo— habilitar la reelección de Pullaro.
Contexto de ajuste, persecución y concentración de poder
Esta reforma llega en un momento de altísima conflictividad social:
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Ajuste salvaje al sector público: recortes salariales, suspensión de paritarias, tarifazos.
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Hostigamiento a trabajadores estatales: descuentos por paro, listas negras, sanciones arbitrarias.
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Protección a fiscales y policías corruptos, mientras se castiga a los que denuncian.
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Funcionamiento de una red de inteligencia sin control legislativo, usada para perseguir opositores.
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Uso de la pauta millonaria para blindar al gobernador y silenciar a los medios críticos.
En este marco, la reforma no busca el bien común, sino afianzar un proyecto autoritario, consolidar poder sin límites y garantizar la permanencia de quienes hoy controlan el Estado por medios cada vez más opacos.
El pueblo habló, aunque no lo escuchen
Desde APROPOL lo advertimos con claridad:
- “Este domingo: votá en defensa propia”
- “Látigo y chequera: el modelo Pullaro para avasallar a los trabajadores”
Y el pueblo respondió.
Con menos participación, con voto nulo, con blanco, con rechazo silencioso o con el apoyo a otras listas. Pero respondió.
No acompañó la reforma. No bendijo la reelección. No avaló el modelo.
Conclusión
La reforma constitucional de Santa Fe está en marcha, pero nace ilegítima.
No porque lo digan las encuestas, sino porque el pueblo no la acompañó.
No porque haya fraude, sino porque hubo manipulación, apuro y desprecio por el consenso.
La legitimidad de una Constitución no se mide solo en planillas.
Se construye con diálogo, respeto, participación y tiempo.
Y nada de eso existió acá.
Santa Fe no necesita reformas con fines personales. Necesita grandeza política, justicia social y democracia real.
La historia lo juzgará.
Pero hoy, los trabajadores, el pueblo y la conciencia cívica ya dieron su veredicto: Así, no!!!
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¡Quien quiera oir que oiga!
(*) Licenciado en Seguridad Pública y Ciudadana por la Universidad Nacional del Chaco Austral (UNCAUS), ex oficial de la Policía de la Provincia de Santa Fe, dirigente gremial policial y periodista.