Vecinos azorados filmaron un “baile” en pleno temporal. Según fuentes internas, se trató de un castigo por la filtración de imágenes y quejas sobre las condiciones dentro del instituto. El gobierno de Pullaro, mientras tanto, mantiene las puertas cerradas.
Por Alberto Martínez (*)
Este video se viralizó días atrás en redes sociales y fue tomado sobre el interior del Instituto de Seguridad Pública (ISEP), Rosario, Santa Fe donde sus alumnos-cadetes realizan ejercicios físicos bajo un grave temporal que azotó la región.
Bajo la fachada de una supuesta rutina de instrucción, en realidad, habría sido una sanción «ejemplificadora» que pone en evidencia el modelo de formación policial vigente y la cultura institucional que se aplica sobre futuros agentes.
La imagen que lo dice todo
En las redes sociales circula un video que dejó sin palabras a más de un vecino. Un grupo de cadetes, acostados boca abajo sobre charcos de agua en medio de un fuerte temporal, realiza flexiones bajo la lluvia. Las imágenes fueron registradas desde un edificio lindero al ISEP. Sobre el video, una frase irónica y lapidaria:
«Para vos que metés excusas para ir a entrenar»
El mensaje es más profundo de lo que parece. Lo que está en juego no es solo el aguante físico, sino la cultura de obediencia impuesta a fuerza de silencio y castigo. A eso se suma el viejo lema de muchas academias con cierta lógica a la luz de una profesión dura y que es:
«Instrucción dura, vida segura»
Castigo ejemplificador: cuando el mensaje es «que nadie hable»
Según fuentes internas consultadas por APROPOL Noticias, este «baile» no fue parte del entrenamiento regular. Se trató de una represalia interna aplicada tras la filtración de imágenes y quejas sobre las condiciones de los cadetes. No fue educación física: fue una sanción disciplinaria. Un castigo colectivo ejemplificador para sembrar miedo y cortar cualquier intento de denuncia.
“¿Te quejás? Vas al piso.
¿Filtrás algo? Sos traidor.”
La pedagogía del silencio se impone desde el inicio de la carrera policial. Lo preocupante es que este método no forma policías con criterio: forma subordinados sin voz.
¿Formación o castigo?
La escena remite a los moldes más antiguos y autoritarios de la instrucción policial: exposición al sufrimiento como método de endurecimiento. Pero una pregunta se impone:
¿Qué tipo de servidores públicos se están formando?
¿Profesionales con vocación de servicio y sentido de la justicia, o individuos programados para acatar órdenes sin pensar?
El desafío pedagógico
El ISEP tiene una misión fundamental: formar agentes capaces, íntegros y conscientes del valor de los derechos humanos. Para eso, necesita una pedagogía moderna, con exigencia, sí, pero también con contención, respeto y claridad institucional.
“Cuando la formación se convierte en castigo, lo que se entrena no es el cuerpo: es la obediencia ciega.”
El aguante físico no puede ser la única virtud esperada. La ciudadanía necesita policías empáticos, entrenados en la legalidad, con criterio para actuar y con humanidad para contener.
APROPOL PROPONE Jornada Abierta en el Isep para garantizar la transparencia
Riesgos legales y éticos
Si un alumno resulta lesionado por prácticas fuera del protocolo o sin aval médico-pedagógico, el Estado es responsable. Y si ese castigo tiene como origen la expresión de una queja o la filtración de un hecho real, estaríamos hablando de una violación al derecho de expresión y a la protección del denunciante.
Silencio comprado: cuando el Estado también acorrala a las víctimas
Después de hacer pública la situación, la familia Pretti recorrió medios regionales de gran alcance y alto nivel de pauta oficial en busca de visibilidad y justicia, pero según sus propias palabras, “nadie me dio bola”. El padre del cadete fue tajante: “Tienen todo comprado”.
Este testimonio revela algo más profundo: cuando el atropello viene del propio Estado, los caminos para denunciar se achican, y los medios masivos —por conveniencia o complicidad— prefieren mirar para otro lado.
En ese contexto, hablar es un acto de coraje. Escuchar, una obligación ética.
Respuesta política y evaluación periodística
Este caso exige una respuesta política y una investigación institucional. Desde el punto de vista periodístico, el episodio deja al descubierto:
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Una cultura institucional que premia el silencio y castiga la palabra.
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Un modelo de formación desactualizado, más cercano a la obediencia militar que a la profesionalización ciudadana.
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Una lógica de poder que se sostiene en la verticalidad extrema, el miedo y la represión interna.
Además, el silencio del gobierno provincial agrava la situación, porque la transparencia no puede ser opcional en una escuela policial que forma futuros garantes de la ley.
“Instrucción dura, vida segura” no puede ser una excusa para reproducir métodos que ya deberían estar enterrados.
Si queremos agentes que cuiden a la sociedad, primero tenemos que cuidar cómo los formamos.
Una advertencia: la “bukelización criolla” ya empezó… y no termina en los muros del ISEP
Este episodio no es aislado ni anecdótico. Es una señal clara del modelo de seguridad que se está instalando en la Argentina: mano dura hacia adentro, silencio impuesto, disciplina por castigo y formación sin alma.
El experimento de “bukelización criolla” que algunos sectores del poder celebran a escondidas ya tiene sus primeras víctimas: los futuros agentes.
Pero no tardará en trasladarse al conjunto de la sociedad.
Cuando desde la instrucción se enseña que obedecer vale más que pensar, que denunciar es traición y que el que habla es castigado, la represión se naturaliza y la democracia se debilita. Si esta es la escuela, imaginemos la calle.
Formar policías que sufren es el primer paso para tener policías que hacen sufrir.
Y eso no es seguridad. Eso es barbarie con uniforme.
Conclusión
La seguridad pública no se construye desde el castigo, sino desde el compromiso, la formación ética y el respeto a los derechos humanos.
¡Quien quiera oir que oiga!
(*) Licenciado en Seguridad Pública y Ciudadana por la Universidad Nacional del Chaco Austral (UNCAUS), ex oficial de la Policía de la Provincia de Santa Fe, dirigente gremial policial y periodista.
APROPOL Noticias
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