Los empleados públicos le cavaron la fosa política a Pullaro

No fueron las encuestas. No fueron los partidos opositores. Fueron los trabajadores del Estado.

Por Rubén Pombo 

Docentes, policías, enfermeros, administrativos, judiciales, personal de salud y penitenciarios. Fueron ellos quienes, voto a voto, boleta a boleta, silencio a silencio, le cavaron la fosa política al proyecto autoritario de Maximiliano Pullaro.

El derrumbe en números

  • En 2023, Pullaro fue elegido gobernador con el 58,47% de los votos.

  • En 2025, con el 100% escrutado, cayó al 34,61%.

  • Más de 440.000 santafesinos dejaron de votarlo.

  • La participación fue del 58,02%, y el voto nulo, blanco o ausente superó el 40% del padrón.

¿Quiénes se bajaron? Los que habían confiado. Los que trabajan para el pueblo, y a los que el poder les devolvió ajuste, castigo y desprecio.

Maltrato sistemático a quienes sostienen el Estado

Desde que asumió, Pullaro aplicó un modelo de “orden” que en realidad fue una máquina de maltrato:

  • Descuentos por huelga.

  • Listas negras.

  • Eliminación de licencias.

  • Suspensión de paritarias.

  • Traslados compulsivos.

  • Tarifazos brutales.

  • Hostigamiento público y privado a docentes, policías, médicos y administrativos.

Mientras tanto, protegió a fiscales corruptos, impulsó redes de espionaje interno, y preparó una reforma constitucional a toda velocidad para quedarse más tiempo en el poder.

Pero se olvidó de algo esencial: no se puede humillar a quien todos los días levanta el Estado… y esperar obediencia eterna.

El voto silencioso que fue castigo colectivo

El voto de los empleados públicos no fue gritado, ni militado en actos, ni promovido en redes. Fue silencioso, sereno y certero.
Y fue un castigo.

Fue un voto en defensa propia, tal como lo anticipamos desde APROPOL en nuestra editorial:

Pullaro perdió el alma del Estado

Una provincia no se sostiene con discursos ni con spots. Se sostiene con personas.
Y los empleados públicos no son «ñoquis» ni «cómplices» del desorden: son el Estado en acción.

Al querer disciplinarlos con látigo y propaganda, Pullaro perdió su base de legitimidad.
Y al forzar una reforma sin consenso, sólo aceleró su propio desgaste.

La reforma podría avanzar, pero la reelección se aleja.

Pullaro cavó una grieta con quienes hacen que la provincia funcione. Y esa grieta, este domingo, se convirtió en una fosa política.

Porque los trabajadores del Estado no se rinden. Se organizan. Y cuando votan, hacen historia.

APROPOL Noticias

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