«Mi papá fué fusilado por la espalda» la familia oficialdegui reclama justicia
Rosario – No fue violencia de género: la otra verdad sobre la muerte del oficial Cristian Oficialdegui contada por Celina una de sus hijas que fué entrevistada por la periodista Alejandra Ojeda Garnero en su programa «Se Presume Culpable» por Radio Wox. (Video completo).
Por Rubén Pombo (*)
Celina una de las hijas de Oficialdegui que fué entrevistada por la periodista Alejandra Ojeda Garnero.
“Mi papá no era un violento. Pidió ayuda. Lo mataron por la espalda.” — Celina, hija de Cristian Oficialdegui
El 4 de abril pasado, los medios de comunicación presentaron el caso como uno más de violencia de género. Un hombre “fuera de control” fue abatido por Gendarmería. Caso cerrado.
Pero la historia no contada tiene nombre, rostro y heridas abiertas. Se llama Cristian Oficialdegui, policía en carpeta médica, padre de tres hijas, y con un diagnóstico de depresión agravado por una relación tóxica. Tenía 47 años y pidió ayuda horas antes de morir de dos disparos en la cabeza.
Su hija Celina habló. Y su testimonio derriba la versión oficial y desarma el relato mediático.
¿Quién era Cristián Oficialdegui?
No era un agresor. Era un hombre dañado. Herido por una vida que, como tantas veces pasa en la fuerza, te exige ser fuerte cuando lo que necesitás es ayuda. Tenía problemas de adicción, sí. Pero había estado limpio. Hacía terapia. Estaba saliendo adelante. Y, como muchos, volvió a caer empujado por una relación tóxica con una mujer que —según Celina— lo manipulaba emocionalmente.
El último día
Cristian había recibido mensajes extraños, fotos íntimas de su ex, amenazas. A las 5:20 AM del 4 de abril escribió por WhatsApp a sus hijas: “Ayúdenme”. Nadie leyó el mensaje a tiempo.
A los pocos minutos, se colocó un chaleco antibalas, agarró dos armas —las que nunca le retiraron pese a su carpeta médica— y fue a buscar respuestas. No a matar. A entender. A sobrevivir.
Lo que encontró fue una emboscada.
¿Por qué estaba Gendarmería ahí?
El parte oficial habla de un llamado al 911. Pero vecinos señalan que fue el hijo de su ex pareja quien convocó a Gendarmería. La misma mujer con la que Cristian tenía conflictos habría estado vinculada afectivamente a un gendarme. Y ese dato cambia todo.
Gendarmería no patrulla en la ciudad. No actúa en estos casos. No reemplaza a la policía provincial. ¿Qué hacía ahí esa fuerza federal?
La escena del crimen
Celina fue clara: “No hubo enfrentamiento. No fue defensa propia.” La autopsia muestra dos disparos en la cabeza por la espalda. No hubo intención de reducir. Hubo ejecución. ¿Quién disparó? ¿Quién dio la orden? ¿Por qué no se esperó a la policía? ¿Cuál era el vínculo entre los intervinientes y la denunciante?
Son preguntas abiertas que la Justicia todavía no contesta. Mientras tanto, los gendarmes involucrados fueron liberados, pese a estar identificados y haber entregado sus armas y celulares.
Lo que los medios callaron
La historia fue presentada como una más en la estadística de violencia de género. Como tantas veces, la palabra “violencia” fue usada para encubrir otra más brutal: la del Estado mal actuando, mal investigando y mal informando.
Cristian Oficialdegui no fue un agresor. Fue un desamparado. Y, quizás, un ejecutado.
Celina pide justicia
“No quiero venganza. Quiero saber qué pasó. Quiero poder dormir”, nos dijo. Sus palabras no son una defensa ciega. Son el grito de una hija que no acepta que la verdad se maquille ni se archive.
Conclusión
Lo ocurrido con Oficialdegui es una alerta roja: sobre la salud mental en la policía, sobre el uso irregular de fuerzas federales, y sobre la manipulación narrativa que invisibiliza la verdad cuando el muerto es un policía.
La causa sigue. Pero la justicia, por ahora, no llega.
AMPLIAREMOS
(*) Periodista. Corresponsal de APROPOL Noticias en Rosario
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